Las violaciones de los derechos cometidos en Irak, en especial por el Dáesh, constituyen un “posible genocidio”. Así se desprende de un informe
Las violaciones de los derechos cometidos en Irak, en especial por el Dáesh, constituyen un “posible genocidio”. Así se desprende de un informe publicado por el Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Derechos Humanos y de la Misión de la ONU en ese país (Unami). El documento se basa en los testimonios de víctimas, supervivientes o testigos de violaciones.
“Desde enero de 2014 hasta el 31 de octubre de 2015 han muerto más de 18.000 personas a causa del conflicto. Asimismo, más de tres millones de personas se han convertido en desplazados internos en su propio país”, dijo Mohammad Ali Alnsour, responsable regional de la ONU para los Derechos Humanos.
La ONU, sin embargo, advierte de que las cifras podrían ser mayores de las registradas. Además del autodenominado Estado Islámico, el texto acusa a las fuerzas de seguridad iraquíes y a sus aliados, milicias, grupos tribales y peshmergas, de asesinatos ilegales y de secuestros.
“Las atrocidades registradas incluyen asesinatos, limpieza étnica, secuestros, violaciones, destrucción del patrimonio religioso y cultural, destrucción de la infraestructura básica y esclavitud sexual. Todas han afectado a miles de personas de comunidades minoritarias”, informó Francesco Motta, director de Derechos Humanos de la Unami.
El descubrimiento de varias fosas comunes también ha sido documentado. Algunas datan de la época de Saddam Hussein. En una de ellas se habrían encontrado más de 370 cuerpos de iraquíes asesinados durante los levantamientos chiíes de 1991 contra el dictador en la sureña región de Basora.