En Brasil continúa la lucha entre el Gobierno y la Justicia. La tensión política está cada vez más presente en las calles. Este jueves, seguidores y
En Brasil continúa la lucha entre el Gobierno y la Justicia. La tensión política está cada vez más presente en las calles. Este jueves, seguidores y detractores de la presidenta Dilma Rousseff y de su nuevo ministro, el expresidente Luiz Inácio Lula da Silva, se han enfrentado en la capital.
En el plano judicial, un juez de Brasilia ha ordenado la suspensión temporal de la entrada en el Gobierno de Lula da Silva, con varias causas abiertas, justo después de que éste jurara el cargo. El juez estima que el nombramiento de Lula como ministro de la Presidencia implica “una intervención directa” de Rousseff en el funcionamiento del poder judicial.
“Brasil se enfrenta hoy a dificultades económicas y políticas. En este momento no puedo y no voy a prescindir de nadie. Tenemos que permanecer todos juntos por Brasil: yo, Lula, nuestra base política, nuestra base social e incluso la oposición que también quiere lo mejor para este país”, ha dicho la presidenta brasileña, Dilma Rousseff.
El opositor Partido Socialista Brasileño ha presentado una demanda contra el nombramiento de Lula, al día siguiente de la divulgación de unas grabaciones telefónicas que han echado más leña al fuego. En ellas Rousseff le dice a Lula que le enviará los documentos que lo acreditan como ministro para que los use “en caso de necesidad”. El responsable de dicho audio es el magistrato Sergio Moro, al frente de las investigaciones del caso de corrupción en la estatal Petrobras, en el que Lula da Silva es sospechoso de “corrupción” y “blanqueo de dinero”.