La liberación de la ciudad de Faluya del yugo del grupo yihadista Estado Islámico se ha vuelto una trampa en la que están atrapadas miles de familias…
La liberación de la ciudad de Faluya del yugo del grupo yihadista Estado Islámico se ha vuelto una trampa en la que están atrapadas miles de familias iraquíes. Cientos de personas han logrado abandonar la ciudad, pero otras están aún bloqueadas.
Localizada a 65 kilómetros al oeste de Bagdad, Faluya está bajo el control del Dáesh desde enero de 2014. Varios campamentos se han instalado para las familias, que están integradas en su mayoría por mujeres y niños.
“Estamos viviendo algo muy duro, vemos tanta miseria, hambre y destrucción. No he sido capaz de caminar en los últimos tres meses y estuve obligada a dejar a mis hijos heridos. Tuve que comer comida para animales, dejé mi casa, las bombas nunca dejan de caer sobre nosotros”, cuenta está mujer iraquí.
Decenas de familias fueron trasladadas en autobuses a zonas más seguras en la provincia de Al Anbar, después de haber huido de los combates en Faluya entre el Ejército y el Dáesh.
“Nos invadieron durante tres años. Comiamos alimentos podridos y ahora no tenemos un hogar. Pero nos sentimos bien porque fuimos evacuados, gracias a Dios”, dice una mujer desplazada.
En total, más de 50.000 personas están aún atrapadas en la ciudad iraquí. La ONU estima que 20.000 son menores de edad que corren el riesgo de ser reclutados a la fuerza por parte del autorpoclamado Estado Islámico.