Washington y Bagdad acordaron el año pasado reducir la coalición liderada por Estados Unidos que lucha contra el Estado Islámico en Irak para el próximo mes de septiembre. Sin embargo, la incertidumbre en el país vecino ha obligado a cambiar los planes.
El primer ministro iraquí, Mohammed Shia al Sudani, desveló el lunes que un pequeño contingente de asesores militares estadounidenses permanecerá en el país para coordinarse con las tropas de Estados Unidos que combaten al grupo Estado Islámico (EI), o ISIS, en la vecina Siria.
Washington y Bagdad acordaron el año pasado reducir la coalición liderada por EE.UU. que lucha contra el ISIS en Irak para este mes de septiembre, y las fuerzas estadounidenses debían abandonar algunas bases en las que han estado estacionadas en los últimos años.
El primer ministro iraquí dijo a los periodistas en Bagdad que los asesores militares y el personal de apoyo estadounidenses se encuentran ahora estacionados en la base aérea de Ain al Asad, en el oeste de Irak, una base adyacente al aeropuerto de Bagdad, y en la base aérea de al Harir, en el norte de Irak.
Al Sudani reconoció que el acuerdo original estipulaba la retirada total de las fuerzas estadounidenses de Ain al Asad para septiembre, pero que "los acontecimientos en Siria" desde entonces exigían mantener una "pequeña unidad" de entre 250 y 350 asesores y miembros de seguridad en la base.
El primer ministro detalló que trabajarían para apoyar la vigilancia contra el EI y en la coordinación con la base de Al Tanf en Siria. Añadió que en otros emplazamientos estadounidenses se están llevando a cabo "reducciones graduales" de personal y operaciones.
Tras la caída del antiguo líder sirio Bashar al Assad en una ofensiva rebelde en diciembre, surgió el temor en Irak de un resurgimiento del EI, aprovechando el vacío de seguridad resultante y las armas abandonadas por el antiguo Ejército sirio. Al Sudani sostuvo que el grupo extremista, que se apoderó de amplias franjas de territorio en Irak y Siria hace una década, "ya no representa una amenaza significativa dentro de Irak".
Bagdad ha intentado equilibrar sus relaciones con Washington y Teherán, para así evitar verse arrastrado a conflictos regionales, una postura que el primer ministro aseguró que mantendrá. "Ponemos a Irak en primer lugar y no deseamos actuar como representante de nadie", afirmó. "Irak no será un campo de batalla para los conflictos de otros".
Al mismo tiempo, Al Sudani instó a Estados Unidos a volver a las negociaciones con Irán, describiendo la campaña de "máxima presión" de la Administración Trump para reducir la influencia de Teherán como "contraproducente". "Irán es un país importante e influyente que debe ser tratado con respeto y a través del diálogo directo", adujo.
Cabe señalar que ha habido tensiones entre Bagdad y Washington por la presencia en Irak de milicias respaldadas por Irán. Las Fuerzas de Movilización Popular (FMP), una coalición de milicias que se formó para luchar contra el Estado Islámico, quedaron formalmente bajo el control del Ejército iraquí en 2016, pero en la práctica siguen operando con una autonomía significativa.
El Parlamento iraquí ha estado estudiando una ley que consolidaría la relación entre el Ejército y las FMP, lo que ha suscitado las objeciones de Washington. Al Sudani no abordó directamente la legislación propuesta, pero dijo que el programa de su Gobierno "incluye el desarme y el diálogo nacional para eliminar cualquier justificación para portar armas."
"Animamos a todas las facciones a integrarse en las instituciones del Estado o a participar en la vida política", lo que podría incluir convertirse en partidos políticos y presentarse a las elecciones, afirmó.
Irak se prepara para las elecciones parlamentarias del mes próximo, que determinarán si Al Sudani cumple un segundo mandato. "Las facciones armadas que se han transformado en entidades políticas tienen el derecho constitucional a participar" en esas elecciones, declaró el primer ministro.