Kabul está de luto.
Kabul está de luto. La capital afgana fue víctima de uno de los ataques más sangrientos jamás cometidos antes. Hoy, la ciudad trata de reponerse después de que 80 personas perdieran la vida y 231 quedaran heridas.
Tres miembros del grupo Estado Islámico penetraron ayer en una marcha pacífica de la comunidad étnica hazara, que hace parte de la minoría islámica chií. Uno de ellos hizo explotar un cinturón bomba, el segundo falló en el intento pero fue alcanzado por la primera explosión, y el tercero fue abatido por agentes del servicio de inteligencia afgano.
Durante la marcha, que no tenía ninguna connotación religiosa, se pretendía protestar contra un plan energético del Gobierno que los hazaras denuncian.
En Afganistán, los suníes son mayoría. Desde 2014, el país ha sido objeto de ataques sectarios y secuestros reivindicados por los talibanes y también por los yihadistas.