Erdogan inicia además el procedimiento para obtener el control del Estado Mayor del Ejército y los servicios de inteligencia. Los planes del presidente implican la reforma de la Constitución.
La purga continúa. El presidente turco, Recep Tayip Erdogan, pretende reformar la Constitución para subordinar las Fuerzas Armadas a la Presidencia. Tras cinco horas de reunión con los generales más afines a su causa, el mandatario ha reorganizado la cúpula castrense, tras elimar el miércoles al 40% de los generales y almirantes del ejército.
Entre tanto, el Ministerio de Exteriores ha confirmado la expulsión de 88 funcionarios, acusados de mantener vínculos con Fethullah Gulen, el clérigo exiliado en Estados Unidos al que Anakara responsabiliza de orquestar el golpe de Estado. Y ha pedido a Berlín la extradición de sus colaboradores en suelo alemán.
Todo ello se une a la controvertida limpieza que el gobierno ha emprendido en el sistema educativo y que alcanza también a los medios de comunicación. En los útlimos días, decenas de periodistas han sido arrestados y el ejecutivo ha ordenado cerrar una larga lista de medios supuestamente afines a Gulen. Entre ellos hay dieciséis cadenas de televisión, cuarenta y cinco periódicos, quince revistas y veintinueve editoriales. La Federación Internacional de periodistas ha pedido a la Unión Europea que obligue al presidente a rendir cuentas por violar la libertad de prensa.