Cayó y venció.
PUBLICIDADCayó y venció. Así ganó Mo Farah los 10.000 metros en Río y así volvió a demostrar al mundo entero por qué el rey de fondo no puede perder. De hecho este británico de origen somalí de 33 años lleva invicto en pista desde 2011. El corredor de fondo con más medallas mundiales, europeas y olímpicas vivió así su primer triunfo brasileño.
“Me emocioné mucho cuando crucé la meta porque he pasado por muchas cosas este año. En un punto pensé que la carrera estaba acabada pero conseguí salir adelante. En mi cabeza solo veía a mi hija. Le prometí que iba a conseguir una medalla y no la iba a defraudar. Cuando crucé la meta, lo conseguí. Nunca había hecho algo así”, decía Farah.
Si repite lo de hace cuatro años, este sábado en los 5.000 metros conseguirá su segundo doblete olímpico. Una proeza al alcance solo de unos pocos elegidos en el olimpo del atletismo.
“Es algo diferente. Es el sueño de todo atleta y además hacerlo en dos juegos seguidos es increíble. Londres fue alucinante y esto ha sido aún mejor pero no ha sido fácil”, añadía Farah.
De un campeón en pista pasamos al rey de las aguas, al deportista con más medallas olímpicas de la historia. Del cuello del Tiburón de Baltimore cuelgan 28 metales, 23 de ellos de oro y así se despedía de un reino que de momento le pertenece.
“Ya está, se acabó. No podría estar más contento de cómo he acabado mi carrera. No hay mejor manera que terminar con una medalla de oro, eso está claro”, decía un emocionado Michael Phelps.
Phelps se retira del templo acuático y lo hace por todo lo alto, con 5 oros y una sorprendente plata. Una proeza que se ha vivido en la piscina y también en las calles de la ciudad carioca.
El buen tiempo, Copacabana y la fiesta brasileña también son otros alicientes de estos juegos. El problema es que a veces la seguridad no acompaña.
El nadador estadounidense y dueño de doce metales olímpicos, Ryan Lochte fue asaltado al salir de fiesta con unos compañeros. Unos hombres armados les atracaron haciéndose pasar por policías.