El fantasma de la abstención planea sobre las elecciones legislativas que Argelia celebra este jueves.
El fantasma de la abstención planea sobre las elecciones legislativas que Argelia celebra este jueves. Las votaciones han comenzado por adelantado en zonas del inmenso desierto sobre el que se extiende el mayor país de África. El 70% de sus 40 millones de habitantes tiene menos de 30 años y el 80% vive en poblaciones del litoral, por lo que el Gobierno, que acusa el desgaste de la crisis financiera provocada por la caída de los precios del petróleo, ha centrado sus esfuerzos en movilizar al electorado de la región de Argel. Como argumento, las autoridades esgrimen la necesidad de “estabilidad” para el país. Sin embargo, entre los votantes, cunde el desánimo.
- “No voy a votar. No me siento representado por ningún candidato, ninguno tendrá mi voto. Me engañaron cuando era joven. Creí en sus promesas, pero nunca las cumplieron. No voy a votar”, afirmaba un vecino de Argel.
- “Son todos iguales. Hablan, hablan y hablan… y una vez que tienen su escaño, no hacen nada”, sentenciaba una joven.
En este contexto, además de un índice de participación que puede ser históricamente bajo, la gran incógnita de los comicios es cuándo y cómo se dejará ver el octogenario presidente Abdelaziz Buteflika, cuyas apariciones en público se cuentan con los dedos de una mano desde que sufrió un accidente cerebrovascular hace cuatro años.