No, el “brexit” no será coser y cantar para la economía británica. Tendrá sus consecuencias y el informe semestral de perspectivas de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) vaticina una ralentización del crecimiento en el Reino Unido. Su Producto Interior Bruto (PIB) subirá un máximo del 1,6% este año y como mucho un exiguo 1% en 2018. Menos ahorro, menos inversión, más paro.
Preguntamos al secretario general de la OCDE, Ángel Gurría, por estos datos del informe, teniendo en cuenta que sus previsiones hablan de una reducción del consumo privado y de una contracción de la inversión empresarial que podría llevar el desempleo por encima del 5%. “Bien, en ausencia de políticas es un escenario posible. Es algo que tenemos que evitar, deberíamos tomar medidas. Hay que apostar por una mayor productividad, para acelerar el crecimiento del comercio y de la inversión pero también analizar las capacidades de la fuerza de trabajo”. Aunque respecto al proceso de salida del Reino Unido de la Unión Europea tiene pocas dudas: “Ha sido algo inesperado, chocante, quizás tanto para los británicos como para los europeos, y saldrá caro. Un coste que no debería existir, algo que no debería haber ocurrido. Y será mucho más costoso para los británicos”, añade Gurría.
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— OCDE en Español (@ocdeenespanol) 7 juin 2017
Mejores perspectivas para la eurozona con una previsión de crecimiento revisada ligeramente al alza, y buena nota para España porque se prevé un aumento de su PIB del 2,8% este año (cinco décimas más respecto al informe de noviembre) y del 2,4% en 2018.