El Parlamento húngaro ha aprobado la ley que endurece las normas para las ONG que reciban financiación extranjera.
La reforma, impulsada por el partido gobernante Fidesz, obliga a las organizaciones que reciban donaciones del exterior a registrarse ante las autoridades y declarar las aportaciones que lleguen desde fuera de Hungría. Para Amnistía Internacional se trata de un “asalto calculado” a la sociedad civil.
Iverna McGowan, Amnistía Internacional:
“Amnistía Internacional defiende la transparencia, pero lo que ocurre es que las leyes actuales en Hungría ya eran adecuadas. Las ONG ya estaban obligadas a declarar su financiación y las autoridades podían lanzar una auditoria. Es un intento claro de poner a las ONG en el punto de mira, socavar su credibilidad y complicarles la vida. Leyes similares ya fueron introducidas en Rusia no hace mucho”
Ante las protestas, tanto de las instituciones europeas, como de numerosos movimientos en la propia Hungría, el Gobierno de Víktor Orbán ha hecho algunas modificaciones, calificadas de “cosméticas” por organizaciones como Human Rights Watch.