La ofensiva en Raqa contra el grupo Estado Islámico está siendo ralentizada por la alta presencia de minas y por la utilización de civiles como escudos humanos. Dos menores han muerto, este miércoles, al explotarles una mina cuando intentaban huir de la ciudad.
De momento, ha sido liberado el 35% de Raqa, considerada por los yihadistas la capital de su autoproclamado calificato.
“Los principales desafíos a los que nos enfrentamos son el uso de civiles como escudos humanos y las minas en las áreas civiles, por lo que nuestros camaradas avanzan lentamente, por la seguridad de los civiles. Instamos a los civiles a encontrar un lugar seguro donde refugiarse”, ha explicado Ciya, comandante de las Fuerzas Democráticas Sirias.
Mientras las Fuerzas de Siria Democrática, encabezadas por milicias kurdas, avanzan en el casco antiguo de Raqa y los barrios del suroeste y sureste, la coalición internacional, liderada por Estados Unidos, prosigue con sus bombardeos aéreos.
Civiles atrapados
Entre 30.000 y 50.000 civiles estarían atrapados en Raqa, con problemas cada vez mayores para conseguir comida, agua, medicamentos y electricidad.
A 30 kilómetros de Raqa está Al Rasafa, liberada por las fuerzas gubernamentales sirias, a principios de julio, pero donde la situación sigue siendo inestable. Los yihadistas han dejado a su paso un terreno minado y unas ruinas arqueológicas devastadas.