Por Luis Carballo
con REUTERS
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La policía israelí disolvió el domingo en Jerusalén, con inusual violencia, una protesta de centenares de ultraortodoxos.
Patadas, empujones, cañones de agua y algún porrazo que otro. Se practicaron 8 detenciones y un manifestante acabó en el hospital con una hemorragia interna, por heridas en la cabeza. La comunidad ultraortodoxa se manifestaba contra la sentencia del Tribunal Supremo que obliga a los seminaristas judíos a incorporarse al servicio militar obligatorio, como el resto de sus compatriotas.
La semana pasada, la Justicia invalidó las exenciones en vigor al servicio militar para los estudiantes de religión judíos, causando la furia de la pequeña pero poderosa comunidad ultraortodoxa.