La última afrenta contra Uber ha sido espontánea. Unos cien taxistas protestaron la noche del miércoles en Bucarest para que la plataforma sea prohibida por ley en el país. Según los representantes de los conductores, se trata de una competencia ilegal en la que Uber y otras plataformas como Taxify “no está jugando limpio”. A principio de año se vivieron protestas similares en las que también participaron autobuses.
Este no es el último revés sufrido por esta compañia nacida en 2009 en Estados Unidos. El pasado mes de septiembre perdía la licencia para operar en Londres, uno de sus principales mercados fuera de su país de origen. . Y esta misma semana se conocía que había pagado 100.000 dólares a unos piratas informáticos para evitar la filtración de datos personales de 57 millones de clientes.