La ONG ha publicado un informe para alertar de que millones de niños y niñas sufren directamente las consecuencias de los enfrentamientos más graves del planeta.
2017 ha sido un año marcado por los conflictos armados, que han puesto en peligro a millones de niños.
Unicef ha publicado un informe para alertar de la vulnerabilidad de la población infantil.
En Irak y Siria, los niños viven amenazados por los bombardeos. Muchos han tenido que huir.
Una de las crisis humanitarias más graves de este 2017 ha tenido lugar en Birmania, donde los niños rohinyás sufren las cnsecuencias de la represión del ejército birmano hacia esta minoría musulmana tras ser atacados y expulsados de sus hogares en el estado de Rakáin. Según UNICEF, el 21% de los niños refugiados rohinyás de menos de 5 años sufre malnutrición.
En África, en países como Nigeria y Camerún, el grupo terrorista Boko Haram forzó a al menos 135 niños a perpetrar ataques suicidas.
Cerca de** 20.000 fueron reclutados como niño soldado **en Sudán del Sur, de los cuales unos 2.300 murieron o resultaron heridos desde el inicio del conflicto militar en diciembre de 2013. Más de 450.000 ninos sufieron desnutricion aguda este año.
Otra guerra que afecta especialmente a la población civil es la de Yemen, donde más de 11 millones de personas necesitan ayuda humanitaria y cerca de 2 millones de niños sufren desnutrición.
Unicef apela a la comunidad internacional y a los países involucrados en estos enfrentamientos para poner fin a la violación de los Derechos del Niño en los países afectados.
La ONG insta a los estados más importantes a aprovechar su influencia con el fin de proteger a la población más vulnerable.