Varias organizaciones humanitarias alertan del riesgo de que este año muchos refugiados se vean forzados a regresar a Siria a pesar de que sigue la violencia y no hay condiciones mínimas de seguridad.
Un nuevo peligro se cierne sobre los refugiados sirios, el riesgo a ser expulsados este año por los países que les acogen y forzados a regresar a Siria, a pesar de que allí continúa la violencia y no se dan unas mínimas condiciones de seguridad.
En un informe titulado "Terreno peligroso", organizaciones como el Consejo noruego para los refugiados (CNR) o CARE Internacional advierten de ese peligro y avisan de que aún se están bombardeando hospitales y colegios, y la gente sigue muriendo en el país.
De hecho, al menos 29 civiles, entre ellos siete niños, murieron el lunes en un bombardeo del régimen contra un enclave rebelde cerca de Damasco, según el Observatorio sirio de los Derechos Humanos. Un ataque que sigue a los llevados a cabo la víspera en Idlib, en el noroeste del país, en los que, según Estados Unidos, se utilizaron gases químicos contra la población civil.