Tiangon-1 o cuando el cielo caerá sobre nuestras cabezas

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Por Euronews
Tiangon-1 o cuando el cielo caerá sobre nuestras cabezas

¿Se puede caer el cielo sobre nuestras cabezas? El lunes saldremos de dudas, al menos en lo que concierne a la estación espacial china Tiangong-1, que está fuera de control y puede entrar en caída libre en cualquier punto de esta franja entre Australia y Portugal.

"No es una inocentada. Esta pieza de ocho toneladas y media de chatarra espacial, cuyo nombre chino se traduce como "Palacio celestial", va a tener un final de infierno y nadie puede predecir dónde ni cuándo caerá. Además, algunas piezas de titanio o de metal podrían sobrevivir a la entrada", comenta el especialista en información espacial Jeremy Wilkins.

¿Y cómo se verá cuando ocurra? Bueno, imágenes fueron grabadas durante caídas similares muestran una lluvia de estrellas.

"Oficialmente, no hay de qué preocuparse. Se calcula que hay una posibilidad entre un billón de ser golpeado por escombros espaciales. Ocurrió una vez a una persona, pero no resultó herida. Nadie augura un escenario de película de desastre", continúa Wilks.

Aunque lo habitual es que los deshechos espaciales que no se desintegran al entrar en contacto con la atmósfera caigan en el océano, en ocasiones lo hacen sobre tierra firme.

"Si parte de la estación espacial toca tierra firme, podría verse algo sí. Nuestro consejo: no se acerque, ya que los restos pueden ser tóxicos y oficialmente aún le pertenecen al gobierno chino, que sigue siendo 100% responsable de cualquier daño que pueda causar", advierte Wilks.

Se estima que alrededor de la Tierra orbitan 8000 toneladas de basura espacial repartidas en un millón de piezas diferentes. Los nuevos satélites de Europa están diseñados para una eliminación controlada al final de sus vidas, pero las antiguas naves espaciales siguen siendo un problema. Un proyecto europeo lanzará en breve un pequeño satélite para probar como capturar desechos espaciales mediante redes y arpones y desarrollar una tecnología clave para despejar el cielo que pende sobre nuestras cabezas.