Son cuatro y no seis los niños rescatados de la cueva del norte de Tailandia, según el último comunicado de las autoridades tailandesas. Los cuatro ya han llegado al hostital de Chang Rai.
En total, doce chicos y su entrenador de fútbol quedaron atrapados en la gruta, tras una súbita tormenta que provocó que se inundara la cavidad. Los trece se internaron en las galerías el pasado 23 de junio, tras un entrenamiento.
El operativo está resultando más rápido y ágil de lo previsto en un primer momento. Las autoridades tailandesas han anunciado, sin embargo, que los rescatistas podrían necesitar un mínimo de diez horas para preparar el rescate de un nuevo grupo de menores.
Según el responsable de la operación de rescate, noventa buzos participan en las labores de salvamento. Cincuenta de los buzos son extranjeros. En cada viaje a la gruta donde se hallan los menores, los rescatistas tienen que recorrer casi dos kilómetros de estrechos pasadizos con importantes corrientes de agua.
La operación de rescate, en la que participan más de 1.300 especialistas, comenzó en la madrugada de este domingo, aprovechando el bajo nivel del agua en el interior y el buen estado físico y psicológico de los adolescentes, que tienen entre 11 y 16 años.
También ha influido en la decisión el prónostico de nuevas tormentas del Monzón, que podrían afectar el intenso drenaje mecánico efectuado en la cueva.
Se trata, según el responsable de la operación, de una auténtica "guerra contra el agua y contra el tiempo".
Los más de mil periodistas desplazados al lugar han sido apartados de la boca de la cueva por las quejas del personal sanitario.