Con el principal partido de la oposición ilegalizado, el primer ministro que lleva más de tres décadas en el cargo sólo espera que el escrutinio oficial confirme que es el vencedor absoluto
Sin oposición real no hace falta más que el escrutinio oficial confirme que el primer ministro Hun Sen, que lleva más de tres décadas en el cargo, es el vencedor absoluto de las elecciones generales celebradas este domingo en Camboya.
La ilegalización en noviembre del opositor Partido para el Rescate Nacional (PRNC) y el arresto de su líder, Kem Sokha, acusado de traición, han dejado el escenario expedito al gobernante Partido del Pueblo de Camboya (PPC).
"Bien, desafortunadamente no se trata de unas auténticas elecciones libres y justas. El problema es que el principal partido de la oposición (Partido para el Rescate Nacional de Camboya (PRNC) que ganó las municipales del año pasado con el 44% de los votos ha sido ilegalizado. O sea que hablamos de unas elecciones sin oposición", explica Phil Robertson de Human Rights Watch.
Además, dos días antes de los comicios, las autoridades cerraron las páginas web de hasta diecisiete medios independientes.
Entre los votantes opiniones diversas. "Me gusta el primer ministro Hun Sen porque ayuda en muchas cosas a la gente de las provincias. Ha construido escuelas, ha ayudado a la gente pobre", comenta un hombre. "Espero que tras las elecciones todo discurra en paz, que no se siembre el caos en nuestra sociedad", señala una joven.
Con más de un 80% de participación, estas elecciones han sido las sextas, desde las primeras organizadas por Naciones Unidas, tras décadas de guerra civil en el país. Varias organizaciones de defensa de los derechos civiles han denunciado que los comicios han sido una "farsa".