A la espera del milagro del 'Nazareno negro' en Filipinas

A la espera del milagro del 'Nazareno negro' en Filipinas
Derechos de autor REUTERS/Soe Zeya Tun
Por Marta Rodriguez Martinez con EFE, AFP
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Una gran multitud acompañó la procesión anual del 'Nazareno Negro' por las calles de Manila el miércoles, mientras los fieles trataban de tocar esta estatua, que consideran tiene poderes milagrosos, en una de las manifestaciones más impresionantes del fervor católico en Asia.

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Una gran multitud acompañó la procesión anual del Nazareno Negro por las calles de Manila el miércoles, mientras los fieles trataban de tocar esta estatua, que consideran tiene poderes milagrosos, en una de las manifestaciones más impresionantes del fervor católico en Asia.

Tallada en México, la imagen del Nazareno Negro llegó a Manila el 31 de mayo de 1606 en un galeón procedente de Acapulco que, según la leyenda, se incendió cerca del archipiélago.

El calor de las llamas otorgó al Cristo su característico color oscuro, según la creencia popular en el país, aunque otra versión atribuye este distintivo a que el autor, un artesano mexicano, usó una madera oscura para dar a la obra su misma tonalidad de piel. 

La policía estimó que los participantes eran al menos 800.000 fieles. Convencidos de que puede curar enfermedades o traer buena fortuna, muchos de ellos intentaron lanzarse sobre la estatua de Cristo de tamaño humano que lleva una gran cruz negra sobre sus hombros. Al menos 80 personas fueron atendidas debido a lesiones leves y mareos

"Participar en la procesión es muy peligroso", dice Angélica Alcántara, una estudiante de 21 años. "Cuando ves a la gente corriendo hacia adelante, es estresante."

El evento dura unas veinte horas. Algunos creen que la procesión está demasiado cerca de la idolatría. Pero a los ojos de la Iglesia, este es el vibrante testimonio de la fe de los filipinos que son abrumadoramente católicos.

"Cuando lo miras desde fuera, no ves, no oyes, no sientes fe. No vemos nada más que caos", dice el cura Danichi Hui, quien está esperando la procesión en la iglesia de Quiapo, el destino final. "Pero por dentro, hay un ritmo de paz, hay serenidad", dijo a AFP.

Editor de vídeo • Thomas Duthois

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