Nieve fresca, un globo dirigible y mucha adrenalina. Son algunos de los ingredientes de un combinado no apto para cardíacos y, elaborado exclusivamente, para aquellas personas adictas a las emociones fuertes
Nieve fresca, un globo dirigible y mucha adrenalina. Son algunos de los ingredientes de un combinado no apto para cardíacos y, elaborado exclusivamente, para aquellas personas adictas a las emociones fuertes.
Tres 'aventureros' austríacos, deseosos de experimentar nuevas vivencias llegaron un paso más allá y ascendieron, o más bien descendieron, a una de las cumbres alpinas de su país que, el mes pasado, permanecían cubiertas por un 'manto blanco'.
Así, decicieron 'descolgarse' del globo dirigible en el que viajaban, y 'aterrizar' en la cima de la montaña Kleiner Valkastiel, de 2 233 metros de altura. Una vez en la cima, emprendieron el descenso por sus empinadas laderas y disfrutaron de un momento para el recuerdo sobre la nieve del valle del Brandnertal. Completaron con éxito un proyecto en el que han invertido dos años de intensiva preparación.