Mundial de fútbol femenino 2019: Las niñas no sueñan con Cristiano Ronaldo, sino con Ada Hegerberg

Mundial de fútbol femenino 2019: Las niñas no sueñan con Cristiano Ronaldo, sino con Ada Hegerberg
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Por Lindsey Johnstone & Naira Davlashyan
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Mientras que las mejores futbolistas del mundo se disputan la Copa del Mundo de la FIFA 2019 en Francia, al menos una niña de la ciudad de Lyon, que acogerá las semifinales y la final de la competición, tiene la vista puesta en las próximas ediciones.

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Mientras que las mejores futbolistas del mundo se disputan la Copa del Mundo de la FIFA 2019 en Francia, al menos una niña de Lyon, la ciudad que acogerá las semifinales y la final de la competición, tiene la vista puesta en las próximas ediciones.

Salomé Munnia-Vincent, de diez años, juega en el FC Gerland, un club de fútbol femenino local que existe desde hace tres años. Con sede en el estadio Gerland, la antigua sede del Olympique Lyonnais (OL), entre sus exalumnas se encuentra la defensora de 18 años de edad del equipo femenino del Olympique de Lyon, Selma Bacha.

Para Salomé, cuyo dormitorio está decorado con carteles de sus heroínas del OL y de la selección femenina de Francia, esto hace de Bacha una elección obvia como jugadora favorita. "A veces viene a vernos y creo que es muy simpática, porque se toma el tiempo para venir a vernos y es una profesional, y las profesionales necesitan mucho tiempo para entrenar", añade.

Salomé pasó los primeros seis años de su vida en Estados Unidos, en Boston, donde el fútbol ha sido durante mucho tiempo, gracias a los éxitos de la selección estadounidense femenina, considerado un deporte de mujeres.

"Cuando volví [a Francia] ya había empezado a ver partidos de fútbol", explica. "Y luego fui a la fiesta de cumpleaños de mi amigo y nos divertimos jugando al fútbol, y me interesó, así que busqué y encontré el FC Gerland".

Le gusta el fútbol porque se practica "al aire libre y puedes correr" y dice que le gustaría ser futbolista profesional, pero si resulta que no es una opción ("si algún día no soy lo suficientemente buena o me lesiono") le gustaría enseñar el deporte.

"Las niñas se frustran menos"

Su equipo juega a menudo contra equipos masculinos por la sencilla razón de que hay muchos menos equipos femeninos, pero Salomé dice que cuando tienen la oportunidad de jugar contra otras chicas, les encanta.

"Los niños se enfadan más, cuando alguien dice algo contra ellos, y las niñas se frustran menos. A veces ganamos contra los chicos, pero no muy a menudo porque son un poco más fuertes. Y cuando ganamos es porque estamos todas juntas en grupo. Los chicos son más individualistas, siguen jugando bien, pero nosotras tenemos más espíritu de equipo".

"A veces oigo a los chicos decir: 'Oh, ella juega al fútbol, eso es raro, y yo pienso que no, no es realmente raro, porque todo el mundo puede jugar al fútbol. Al principio los chicos de la escuela decían eso, pero ahora creo que se han acostumbrado y han aprendido a vivir con ello".

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Salomé, de 10 años, en su habitación decorada con pósters de fútbol.

Planea ver todos los partidos de la Copa del Mundo con su padre Serge, que a menudo arbitra los partidos del FC Gerland, y ambos tienen entradas para las semifinales, en las que Salomé confía en que verá a algunas de sus ídolos de la OL.

A pesar del notable aumento del interés de los medios de comunicación en el Mundial femenino, Serge dice que vivir en Lyon significa que no ha notado mucha diferencia en cuanto a la visibilidad del deporte y sus estrellas. "En Lyon, es un lugar especial, porque tenemos el Olympique Lyonnais, y estamos en lo más alto [del fútbol femenino]".

Lyon, ciudad de récords para el "deporte reina"

"Estábamos en el sur de Francia y la gente se sorprendió mucho al ver a Salomé jugando al fútbol, así que creo que es diferente dependiendo de dónde estés. En Lyon, el fútbol femenino es muy popular".

Su esposa Nathalie, sin embargo, dice: "Pero eso es ahora mismo. Cuando eras niña no veías el fútbol femenino, sólo el masculino, ni siquiera en Lyon. Así que creo que ahora es más visible".

El éxito de OL Fémininin le ha valido un récord inigualable para cualquier equipo de fútbol, masculino o femenino. Ha ganado la Liga de Campeones de la UEFA en seis ocasiones, la última de las cuales ha vencido al FC Barcelona, posee el récord de nueve títulos de la Copa de Francia y ha encabezado la liga de fútbol femenino más alta de Francia, la División 1 Féminine, con un récord de 15 veces.

El predominio del equipo se atribuye a menudo a la cultura de igualdad que se fomenta en el club. La actitud del presidente Jean-Michel Aulas es que el OL es un solo club, que tiene dos equipos, masculino y femenino, en lugar de un club masculino que también tiene un equipo femenino. Las jugadoras de OL Fémininin tienen acceso al mismo campo de entrenamiento, a las mismas instalaciones, al mismo equipo médico (y a los mismos aviones fletados) que sus homólogos masculinos.

Las jugadoras del OL celebran la copa de la Champions 2019.

El entrenador del FC Gerland, Toàn Nguyen, no tiene ninguna duda de que el éxito de su club local es un estímulo para las chicas de su equipo, y para las que esperan unirse a él.

"El equipo de mujeres del OL es una gran fuerza motriz para estas chicas. Se conocen de memoria a todas las jugadoras. El fútbol femenino se ha vuelto cada vez más popular con la Copa del Mundo, la cobertura de los medios de comunicación y las chicas del OL y de la selección francesa. Es más visible y más accesible".

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"Tuvimos dos días de puertas abiertas, con 20 chicas nuevas que quieren venir el próximo año. Lo hicimos a finales de mayo, y probablemente lo volvamos a hacer a finales de junio, porque el Mundial hace que el fútbol femenino sea más atractivo".

El boicot de Ada Hegerberg

Como era de esperar, el OL también es el equipo favorito de Emilie, la compañera de equipo de Salomé. Sus jugadoras preferidas son la estadounidense Alex Morgan, que jugará en el Mundial, y la noruega Ada Hegerberg, que no lo hará.

Hegerberg, la chica de oro del OL, y posiblemente la mayor estrella del fútbol femenino en la actualidad, lleva boicoteando a su selección desde 2017, argumentando el desprecio que cree que su país tiene por el fútbol femenino.

Emilie, de 13 años de edad, lleva tres años jugando y dice que espera continuar a nivel profesional, lo cual, en su opinión, supone un reto adicional para las niñas. "Nos exigen un estándar más alto porque somos niñas y quieren que nos distingamos".

Las ventajas de jugar solo niñas

En cuanto a jugar al fútbol con chicos, cree que las diferencias sólo tienen que ver con lo bien que los conoce. "Cuando estamos jugando en la escuela me conocen, así que me pasan más el balón, pero en el club de fútbol no nos conocemos los unos a los otros como equipo, así que es más complicado confiar el uno en el otro".

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"Pero la forma en que jugamos es la misma en general", añade.

Nguyen ha notado un comportamiento similar en equipos mixtos. "Cuando las chicas juegan en un equipo femenino, eso les da confianza", asegura. "Cuando una niña está aislada en un equipo de niños, a los niños les cuesta confiar en la niña y no le pasan el balón, por lo que ella pierde la confianza en sí misma. Cuando las chicas juegan juntas en equipo, crecen juntas, progresan juntas".

Reuters
La delantera estadounidense Alex Morgan en un encuentro con sus fans.Reuters

Hacia una mayor visibilidad

Marie N'diaye, también entrenadora del FC Gerland, afirma que, en el caso de las niñas, cualquier diferencia de capacidad puede atribuirse a menudo a la necesidad de ponerse al día. "La mayoría de las chicas empezaron a jugar más tarde, así que tenemos algunas chicas de 14, 15 años que son sólo debutantes, pero que están aprendiendo muy rápido, así que está bien".

"Creo que cuando yo era una niña, realmente no se animaba a las niñas a jugar al fútbol, pero ahora las cosas están empezando a cambiar de forma lenta pero segura, así que está bien. Tenemos algunas chicas que empiezan a jugar a los cinco, seis. Así que creo que no será un problema en los próximos años".

N'diaye, que empezó a jugar al fútbol en su barrio a la edad de cinco años, recuerda que entonces no era la única niña . Sin embargo, no jugó en un club hasta que cumplió los 18 años, argumentando que esto no era algo que se hubiera aceptado en ese momento, pero que al alcanzar la mayoría de edad decidió hacerlo: "Ya soy adulta y quiero jugar al fútbol, así que juguemos".

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En cuanto a los cambios para las mujeres en este deporte, considera que, si bien el fútbol de base se ha abierto enormemente a las niñas, esen los niveles más altos donde la desigualdad sigue siendo un problema.

"Las jóvenes a las que entreno no son discriminadas. Quiero decir, tenemos las mismas canchas, los mismos entrenadores, el mismo club, la misma estructura que los chicos, pero a un nivel más alto es diferente. Las recompensas no son las mismas".

"Pero la mayoría de los clubes están intentando evolucionar y lograr que las condiciones de las mujeres sean tan buenas como las de los hombres, así que espero que logremos este objetivo de igualdad. Las cosas están empezando a cambiar y si les preguntas a las chicas que nos rodean hoy, sueñan con ser futbolistas y algunas de sus ídolos son mujeres".

A esto, añade Nguyen: "La principal diferencia es que cuando las chicas juegan, hay menos exhibicionismo. No todo son Ronaldos y Messis, aunque empiecen a haber ídolos del fútbol femenino".

Fuentes adicionales • Marta Rodríguez Martínez

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