La paradoja de las vacunas: a más desarrollo menos confianza

El debate se ha propagado como una epidemia. El uso de las vacunas y su efectividad ha pasado de ser una discusión controvertida, donde el gremio médico se ha visto ligeramente dividido, a convertirse en un asunto nacional en diferentes países.
La creciente desconfianza hacia las vacunas está comprometiendo la salud global, así lo ratifica la Organización Mundial de la Salud (OMS) que califica la retinencia como una de las 10 principales amenazas para el bienestar del ser humano.
El resurgimiento del sarampión, prendieron las alarmas de la administración francesa que decidió extender el plan de vacunación obligatoria para los menores de tres vacunas a once en 2018. Sin embargo, por encima del país galo se encuentra Grecia con el número más alto en la región, exigiendo a los padres 14 vacunas antes de inscribir a sus hijos en el jardin de infancia.
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No obstante, la salud pública no escapa del entramado político. El Gobierno de Giuseppe Conte y Matteo Salvini desarticuló la ley que obligaba a los italianos a recibir 10 vacunas antes de ingresar a un centro educativo, alegando que deben ser los padres quienes decidan si vacunar o no a sus hijos.
Una decisión que los expertos catalogan como "lógica" de un Gobierno antisistema como el italiano.
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Por su parte, España, aunque no acompaña la retórica italiana, tampoco posee una política de vacunación obligatoria.
En una visión general, el 73% de los ciudadanos en los países nórdicos consideran que las vacunas son seguras, mientras que en Europa Occidental y Oriental la cifra desciende a 59% y 40%, respectivamente, según el último informe de la organización británica The Wellcome Trust.
Dicho documento atribuye los brotes de sarampión a las "tasas de vacunación insuficientes" de los últimos años.
"En la última década, un número creciente de estudios han documentado un número creciente de personas tanto en países de ingresos altos como de ingresos bajos que parecen estar perdiendo la confianza en algunas vacunas, hasta el punto de decidir no vacunar a sus hijos", informa Wellcome Trust y advierte, "la decisión de la gente de no vacunar -por cualquier razón- no es sólo una elección personal de tomar riesgos; también representa un riesgo para los demás".
A pesar de que la tendencia es global, la conclusión destaca la brecha de resultados entre los países con alto ingresos y los países en vía de desarrollo.
Mientras que en Francia una de cada tres personas no está de acuerdo en que las vacunas sean seguras -el porcentaje más alto para cualquier país del mundo- Africa, Asia y América Latina mantienen una posición más tendente hacia la política de vacunación.
The Wellcome Trust detalla en su informe que Ruanda (99%) y Bangladesh (97%) se encuentran entre los países que tienen una visión favorable a las vacunas y su efectividad a pesar de los numerosos problemas de aplicación en sus ciudadanos.
América Latina confía en la vacunas
Cuando se trata de un plan de vacunación en menores, los latinoamericanos no se oponen. Entre los países que se destacan por tener una respuesta casi unánime (99%) a favor están: Venezuela, Colombia, República Dominicana, Ecuador y Honduras.
La ciencia goza de un buen reconocimiento en Centroamérica (74%) y América del Sur (61%) independientemente del estrato social de los encuestados que perciben de "efectivas" las vacunas.
"En lugares como América del Sur, América Central y México, y el Medio Oriente, no existe una diferencia significativa" entre las personas por su nivel socio económico o su educación, dice Wellcome.
El escepticismo es "peligrosa" para la salud
Expertos en salud pública y de la Organización Mundial de la Salud (OMS) insisten que las vacunas salvan 3 millones de vidas cada año en todo el mundo y décadas de investigaciones han arrojado evidencia consistente de que son seguras y efectivas.
"Aunque las vacunas siempre han generado cierta ansiedad entre las personas, su uso ha sido lo suficientemente generalizado como para erradicar enfermedades mortales como la viruela, y muchas otras enfermedades infecciosas debilitantes como el tétanos y el cólera, la difteria y la poliomielitis han desaparecido en gran medida en varios países".
Asimismo, el estudio determinó que tres cuartos de las personas en el mundo confían en médicos y enfermeras más que cualquier otro experto cuando buscan recomendaciones de salud. Pero a pesar de que el escepticismo en las vacunas puede considerarse "enorme", el 92% de los padres encuestados en el mundo dijeron que sus hijos han recibido vacunas para evitar que contraigan enfermedades infantiles, mientras que el 6% dijo que no lo había hecho y el 2% dijo que no conocía la práctica.