Había levantado mucha expectación cuando se separó del Contiente helado en 2017, pero desde entonces se había mostrado perezoso. Acaba de moverse hasta mar abierto.
Una ciudad de hielo flotante. El gigantesco iceberg A-68, que se desprendió de la plataforma Larsen de la Antártida en el año 2017, se ha decidido a salir a mar abierto después de estos años de relativa calma.
Levantó mucha expectación cuando fue detectado. No es para menos, con sus 5.800 km2, casi dos veces la talla de Buenos Aires, más de cuatro veces la talla de Madrid. Algunos científicos bromearon con el comienzo del 'bergxit'.
Sin embargo desde entonces no había hecho grandes movimientos. Giró perezosamente y se movió poco a poco a lo largo de la Península Antártica, pero sin grandes aspavientos. Ahora, en pleno verano austral, ha alcanzado mar abierto como muestran las imágenes de los satélites del programa Copernicus compartidas por la Agencia Espacial Europea.
En rojo, en el centro de la imagen, la Agencia Espacial Europea muestra dónde comenzó su viaje allá por 2017. En todo este tiempo ha perdido muy poca de su majestuosa superficie.
Previsiblemente, si comienza su viaje por mar abierto, las aguas más cálidas y agitadas comenzarán a derretirlo.
Además de ser uno de los mayores icebergs que se han registrado jamás, el A-68 ha sido seguido casi en tiempo real y desde todos los puntos de vista por los glaciólogos y los expertos gracias al desarrollo de los sistemas de observación terrestre por satélite.
Para hacerse una idea, esta es una imagen de Madrid con un nivel de zoom similar. Abarca aproximadamente la distancia entre Toledo y Guadalajara.
Los científicos no acaban de ponerse de acuerdo sobre si este fenómeno en particular se puede achacar al cambio climático. Lo cierto es que la Antártida, como el Círculo Polar Ártico, está experimentando cambios drásticos con el calentamiento global.
Recientemente se descubrió que el agua templada estaba derritiendo el glaciar Thwaites bajo la lengua de hielo. El glaciar de Pine Island acaba de producir otro gigantesco iceberg y la Antártida ha batido su récord de temperatura con 18,3º C en la base argentina de Nueva Esperanza.
Días después un equipo de investigadores brasileño registró una temperatura de 20,75º C en Seymour Island. Es la primera vez en la historia que se registra una temperatura superior a 20º C en el Antártico. El record anterior era de 19,8º C.