Suecia da por cerrado el caso Olof Palme, 34 años después del magnicidio

Suecia da por cerrado uno de los capítulos más oscuros y polémicos de su historia: el asesinato del primer ministro Olof Palme, abatido una fría noche de febrero de 1986 en el centro de Estocolmo, cuando volvía del cine con su mujer.
Más de tres décadas después, el fiscal ha cerrado el caso, dando por buena la teoría de que el responsable del magnicidio fue Stig Engström, un publicista muerto en el año 2000 al que se bautizó como el "hombre de Skandia"
El Fiscal Jefe, Krister Petersson, reconoce su impotencia: "Han pasado más de 34 años desde el asesinato y varios testigos han muerto o son muy viejos. Los testimonios no mejoran con el tiempo. Y el centro forense dice que ya no será posible relacionar un arma con la escena del crimen".
La investigación ha estado rodeada de escándalos e incompetencia desde la misma noche del asesinato.
La relevancia internacional de Palme hizo que su muerte se atribuyera al PKK kurdo, a los servicios secretos sudafricanos y hasta a una conspiración de círculos policiales de extrema derecha.
El caso se cierra con un único condenado, un pequeño delincuente absuelto a los pocos meses por falta de pruebas. Sin embargo, el misterio en torno a este crimen, que sacudió al pueblo sueco, todavía sigue vivo.