En esta comunidad indígena fronteriza en la Amazonía brasileña, se abrió un corredor de contagio que minó su ya precario sistema de salud
Con la peor tasa de contagios de Colombia, la zona amazónica sufre los estragos de una pandemia que se está cebando con la población más pobre y vulnerable.
En esta comunidad indígena fronteriza en la Amazonía brasileña, se abrió un corredor de contagio que minó su ya precario sistema de salud.
"Esta pandemia nos ha afectado seriamente, no un poco, seriamente porque la gente tiene acceso a esta ciudad y hay otro país cercano, que es Colombia. Esta gente viene de Colombia, está cerca, a unos 15 minutos, y esta gente viene aquí a comprar nuestros productos, pescado, frutas, y varias otras cosas", explica el líder de la comunidad Sildonei Mendes da Silva.
La Organización Nacional Indígena de Colombia alerta de que el 58% de la población de la región es originaria y está en "riesgo de extinción" ante la pandemia.
Aunque Colombia cerró sus fronteras terrestres el 16 de marzo y apostó por el aislamiento, en Brasil la política de Bolsonaro se opone al confinamiento. Muchos, ante el temor a la COVID-19, se han adentrado en la selva en busca de refugio.
Ignorados y en la calle en Bogotá
Mientras tanto, en la capital colombiana unos 400 indígenas desalojados por no poder pagar el alquiler han acampado en un parque.
Ancisar Cheche, líder de la comunidad Embera Katio asegura que nadie del gobierno colombiano les ha proporcionado nada, incluso después de las últimas seis protestas. "No hay ninguna garantía para nosotros, así que la gente no va a volver, no nos moveremos de aquí."
Sin comida ni un techo, denuncian que la cuarentena los ha dejado sin la posibilidad de vender sus mercancías ahora que los mercados callejeros están cerrados. Ignorados por las autoridades, sobreviven gracias a las donaciones de vecinos, fundaciones y agricultores.