Su rápida construcción y puesta en marcha y la proximidad con la frontera preocupan a Vilna, que cree que existen presiones de Rusia.
Preocupación en Lituania por la rapidez con la que Bielorrusia está levantando una planta de energía nuclear en próxima a la frontera. Este viernes está previsto que se cargue el combustible sin las licencias apropiadas, según fuentes del parlamento de Vilna.
El presidente del Comité Parlamentario de Seguridad y Defensa Nacional, Dainius Gaizauskas, apunta a presiones de terceros países: "En este momento Bielorrusia podría estar en desacuerdo con el lanzamiento de la planta de energía nuclear de Astravyets pero hay una gran presión de la empresa de energia nuclear Rosatom por parte de Rusia y creemos que a pesar de todo la planta abrirá. Precisamente por la presión de Rusia".
La planta ha sido construida en Astravyets, a unos 50 kilómetros de Vilna y es visible desde la capital lituana. A la población ya se le ha entregado píldoras de yodo por si ocurre un incidente. Lituania ha reprochado a Minsk haber violado varios tratados internacionales y haber puesto en marcha la planta sin realizar pruebas. El presidente Bielorruso, Alexander Lukashenko, ha reprendido duramente esas acusaciones esta semana.