2020 ha sido el año en que el presidente de Turquía, Recep Tayyip Erdogan, ha afilado su política exterior, creando tensiones con la Unión Europea y la región. Desde el choque cultural con francia y las caricaturas del profeta Mahoma hasta su participación en el conflicto de Nagorno Karabaj.
2020 ha sido el año en que el presidente de Turquía, Recep Tayyip Erdogan, ha afilado su política exterior, creando tensiones con la Unión Europea y la región.
En marzo fue noticia su controvertida decisión de convertir el museo de Santa Sofía en Estambul - originalmente fundado como una catedral- en una mezquita. Esta acción fue vista por muchos como un intento de evadir la atención sobre la crisis económica del país, agravada por la caída de la lira y la pandemia de la COVID-19.
La ahora nueva mezquita provocó una ola de consternación en la comunidad internacional. El Papa Francisco y líderes de la iglesia ortodoxa griega mostraron públicamente su desaprobación.
Otro choque cultura tuvo lugar en octubre. Después del asesinato del profesor francés Samuel Paty, el presidente Emmanuel Macron lanzó una campaña para proteger los valores seculares en Francia contra el islamismo radical. Y reiteró su apoyo a la publicación de cualquier figura religiosa. En respuesta, Ankara llamó a boicotear los productos franceses y Erdogan acusó a Macron de llevar a cabo una agenda anti-islámica e indicando públicamente que el mandatario francés debería someterse a un chequeo de salud mental.
Pero esta contienda va mucho más allá de las cuestiones religiosas. Macron se ha opuesto una y otra vez a la ambiciones de poner de Erdogan.
Francia y Turquía están enfrentadas por el conflicto entre Armenia y Azerbaiyán sobre Nagorno Karabaj. También por Siria, Libia y los derechos marítimos en el Mediterráneo oriental.
Las tensiones aumentaron cuando Turquía envió el buque de exploración Oruç Reis a una zona en disputa para buscar yacimientos de petróleo y gas.
En esta nueva escalada por los recursos energéticos y las fronteras marítimas, la Unión Europea apoyó a Grecia y consideró que las actividades de Turquía en el Mediterráneo oriental eran ilegales. Ankara se opuso y movilizó sus fueras navales y aéreas a la zona, Grecia hizo lo mismo. La preocupación por un posible conflicto militar persiste hasta el día de hoy.
Esto supone una tensión adicional en la ya fráfil relación con bloque europeo. Turquía, es miembro de la OTAN, socio comercial y además un colaborador clave en la crisis migratoria. Erdogan ha
La época de una Turquía neutral ha terminado, el presidente turco lidera con la ayuda de su ejército su nueva política expansionista, que sigue el lema "Solo contra todos los demás".