Mujeres mexicanas toman las armas para proteger a sus familias del narcotráfico en Michoacán

A casi 600 kilómetros de la Ciudad de México se encuentra El Terreno. Una remota localidad del estado de Michoacán, ubicada al oeste del país, donde las mujeres han tomado las armas para proteger a sus familias de las garras del narcotráfico.
Son los cárteles los que gobiernan, ellos deciden quiénes viven y quienes mueren, mientras el Estado permanece prácticamente invisible. Más de una docena de mujeres de todas las edades integran el Grupo de Autodefensa, una iniciativa armada que mantiene a raya la violencia en la zona.
"Vine a unirme a este grupo de autodefensa porque desaparecieron a una hija mía de 14 años, desaparecieron a un hijo, ¿y quién se los llevó? el Cártel de Jalisco. Por eso, como madres, defenderemos a los que aún quedan. Defenderemos a nuestros hijos, los que quedan, con nuestras vidas", dice una combatiente que prefirió mantener su identidad anónima.
Este relato se repite trágicamente en las michoacanas. Las bandas criminales secuestran a niños y jóvenes para integrarlos en sus filas. Estas madres, nunca vuelven a saber de ellos.
La región es rica en recursos naturales y es una vía estratégica para el paso de la droga. Los cárteles se disputan el territorio a plena luz del día, dejando decenas de muertos.
Michoacán es uno de los estados más sangrientos de México, entre enero y noviembre de 2020 se registraron casi 2.000 homicidios y en tan solo los primeros cinco días de 2021, 30 personas fueron asesinadas.