Medios locales informan de la muerte de una manifestante, de 20 años, herida de bala por un agente, el martes.
Los birmanos siguen en la calle exigiendo democracia y la liberación de los detenidos tras el golpe de Estado militar del 1 de febrero, mientras aumenta la represión. La junta militar ha suprimido varios artículos, eliminando garantías legales, para poder facilitar las detenciones y los registros.
Desde el golpe han sido detenidas unas 400 personas, entre ellas la líder de facto de Birmania, Aung San Suu Kyi.
El movimiento de desobediciencia civil no se amedrenta pese a las cargas policiales con cañones de agua, gases lacrimógenos, balas de goma y munición real, que han causado varios heridos y la muerte de una manifestante, de 20 años, herida de bala el martes por un agente, según informan medios locales.