Londres pospone a octubre los controles aduaneros en el mar de Irlanda, y desata un nuevo rifirrafe con Bruselas por la aplicación del Brexit.
La Unión Europea y el Reino Unido están al borde de un nuevo desacuerdo sobre el pacto del Brexit, sólo dos meses después de aplicarlo.
Londres decidió el miércoles ampliar unilateralmente el periodo de gracia antes de que comience el nuevo sistema aduanero en el Mar de Irlanda.
Este periodo de gracia debía terminar el 1 de abril, pero Londres ha decidido retrasarlo hasta octubre porque, dice, las empresas británicas no están preparadas.
La Unión Europea ha amenazado con emprender acciones legales ya que, considera, se está incumpliendo el derecho internacional.
Pero ambas partes están intentando resolver el asunto. Es un acuerdo muy complicado de adoptar.
El principal objetivo del nuevo sistema aduanero acordado es que la frontera entre Irlanda del Norte y la República de Irlanda siga igual de abierta para las mercancías como lo era antes del Brexit.
Para ello, el Reino Unido establecerá una frontera invisible entre Gran Bretaña e Irlanda del Norte, dentro del Mar de Irlanda. Y eso es en sí mismo también un problema.
Muchos unionistas de Irlanda del Norte creen que se les está tratando de forma diferente a las demás naciones del Reino Unido. Es lo que sice Roy Beggs parlamentario del Partido Unionista del Ulster en el Parlamento norirlandés:
"Cada vez más gente se va a indignar, y puedo ver que esto es un problema creciente que afecta a nuestra economía, que afecta a la vida de la gente, y simplemente no va a ser aceptado".
Algunos partidarios de la línea dura incluso empezaron a amenazar a los trabajadores que ejecutan los controvertidos controles comerciales pos-Brexit en los puertos de Belfast y Lorne.
La UE, el Ministerio de Agricultura regional y un consejo local han retirado al personal hasta que la situación se calme.
Roy Beggs:
"Queremos que ningún extremista se afiance, pero hay un peligro real de que sea eso lo que ocurra".
Son tiempos complicados para Bruselas y Londres, pero es necesario que un acuerdo funcione para ambas partes, ya que es una piedra angular para el pacto del Brexit.