La escasez de electricidad en el Líbano impide que la gente pueda trabajar en sus oficinas y hogares
Las cafeterías de Beirut se transforman en oficinas de trabajo. La escasez de electricidad, provocada por la crisis económica del Libano, y las restricciones covid; hacen imposible que la gente pueda trabajar en sus oficinas y hogares. Los apagones y los cortes de internet pueden durar hasta 23 horas, por lo que los cafés sirven de lugares de trabajo alternativos.
Karim Sakr, fotógrafo independiente, es cliente habitual del café Barzakh. Esta ya es conocida como un nuevo local de trabajo alternativo. "Aquí puedo recargar mi teléfono móvil. Puedo recargar mis cámaras, mi portátil, así que... Aquí siempre estoy conectado"
"Se llama resiliencia. Se llama resiliencia libanesa, que es buena y no tan buena al mismo tiempo. Así que intentamos escapar de esta situación que vivimos saliendo, conociendo gente, yendo a cafés, trabajando desde cafés... Así que sí, lo llevamos en la sangre indirectamente".
La gerente de Aaliya's Books, Niamh Flemming Farrell, afirma que los días laborables su establecimiento se asemeja más a un espacio de coworking, y que algunos clientes se quedan todo el día. "La mayoría de las veces, si vengo aquí es porque no tengo electricidad en casa", comenta Maria Bou Raphael desde el café Aaliya's Books.
Los generadores, la única forma de mantener los dispositivos cargados y conectados, son demasiado caros para muchos libaneses. La crisis económica que enfrenta el país ha hecho que la moneda local pierda más del 90% de su valor en los últimos años.Por ello, los cafés son uno de los pocos negocios que han resistido el colapso provocado por la corrupción o la fuga de capitales.