Unas 2.000 personas asaltaron la frontera española el 24 de junio. 217 personas resultaron heridas en la estampida y HRW denunció que las autoridades de Marruecos se habían apresurado a enterrar a los muertos sin identificar
Murieron asfixiados. Es la conclusión del Consejo Nacional de Derechos Humanos marroquí sobre la tragedia de Melilla de hace un mes.
Este salto masivo a la valla fronteriza del sur de España dejó al menos 23 personas muertas, aunque las ONG españolas elevan esa cifra a, al menos, 37.
217 personas resultaron heridas en la estampida, 77 inmigrantes y 140 policías.
Adil El Sehimi, uno de los médicos que examinó los cuerpos ha explicado que las víctimas murieron por "asfixia mecánica", a falta de que lo certifiquen las autopsias en curso.
Amina Bouayach, presidenta del Consejo Nacional de Derechos Humanos (CNDH), confirmó que "según las conclusiones preliminares de a comisión, 23 migrantes murieron y ningún cuerpo fue enterrado. Todas las víctimas han sido sometidas a autopsias para determinar la causa de la muerte. En segundo lugar, todos los fallecidos han sido sometidos a una prueba de ADN".
Bouayach dijo también que todos los heridos recibieron el tratamiento médico necesario.
Unas 2.000 personas, muchas procedentes de Sudán, asaltaron la frontera española el 24 de junio en el que fue el más mortífero intento de cruce de migrantes hacia los enclaves españoles de Ceuta y Melilla, las únicas fronteras terrestres de la UE con África.
La violencia y dura represión provocaron la indignación de las asociaciones de derechos humanos y desataron protestas tanto en Marruecos como en España.
Human Rights Watch denunció que las autoridades de Marruecos se habían apresurado a enterrar a las víctimas sin identificar.
Marruecos, por su parte, defiende la actuación de sus fuerzas de seguridad.
El Ministerio del Interior de España también dice haber actuado con "criterios de proporcionalidad y de pleno respeto a los Derechos Humanos".