En París y Lyon, se han registrado enfrentamientos entre la policía y manifestantes, muchos de ellos con chalecos amarillos... Un recordatorio de la explosión de violencia que vivió el país a finales de 2018.
Este primero de mayo, Día del Trabajo, presentó en Francia la oportunidad de protestar contra la reforma de las pensiones.
En todo el país, cientos de miles de personas han marchado en diversas ciudades para expresar su oposición a la medida que eleva la edad mínima de jubilación de 62 a 64 años. Los sindicatos lo consideran una amenaza para los derechos de los trabajadores. Su movilización ha dado lugar a un movimiento social a gran escala.
"Tenemos cifras de movilización que son históricas para un primero de mayo, es una señal sobre la cuestión social, no sobre la cuestión política como en 2002. Es una señal de que el resentimiento y la cólera no disminuyen", dice a Euronews Laurent Berger, Secretario General del sindicato CFDT.
Aprobada por decreto, la reforma es rechazada por 7 de cada 10 franceses. Una oposición a veces visceral, que el Gobierno intenta contener.
Se han movilizado 12 000 policías y gendarmes en toda Francia, 5.000 en París. Por el momento, el ambiente es festivo y popular. Los sindicatos quieren hacer de este Primero de Mayo una manifestación masiva. Es, además, la primera vez en casi 15 años que se reúnen para marchar juntos en esta fiesta del trabajo.
La calma inicial pronto degeneró en momentos de tensión. En París y Lyon, se han registrado enfrentamientos entre la policía y manifestantes, muchos de ellos con chalecos amarillos. Un recordatorio de la explosión de violencia que vivió el país a finales de 2018.