Balázs Orbán hizo comparaciones entre el levantamiento húngaro de 1956 y la invasión a gran escala de Ucrania por Rusia a principios de 2022, lo que no sentó bien a la oposición en su país.
Si Rusia hubiera lanzado sus tanques contra Hungría como en 1956, Budapest se lo habría pensado dos veces antes de defenderse de la invasión, a diferencia de Kiev, según el asesor político del primer ministro húngaro, Balázs Orbán.
Orbán -que no es pariente del primer ministro, Viktor Orbán- explicó el miércoles en un 'podcast' que Hungría había aprendido la lección y que la decisión del presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, de plantar cara a Moscú a principios de 2022 fue "irresponsable".
"Puso a su país a la defensiva en una guerra, murieron muchas personas, se perdió mucho territorio", explicó Orbán al medio conservador 'Mardiner'. "Repito, está en su derecho, es su decisión soberana, podría haberlo hecho, pero si nos lo hubieran pedido, no lo habríamos aconsejado porque en el 56 pasó lo que pasó". "Porque hemos aprendido que aquí hay que tener cuidado, y hay que tener cuidado con vidas húngaras muy valiosas. No se pueden tirar así como así delante de los demás".
El director político de Viktor Orbán también dijo que creía que cualquier provocación era contraproducente, y añadió que el 80-90% del pueblo húngaro está de acuerdo con la política del Gobierno húngaro sobre la guerra de Rusia en Ucrania.
Sentencias indignantes
Las palabras de Orbán provocaron una serie de reacciones en su país, que llevaron a los políticos de la oposición a criticarle por su lectura del levantamiento húngaro de 1956, cuyo objetivo era liberar al país de la Unión Soviética, que a su vez aplastó la resistencia con tanques y fusiles.
Péter Magyar, presidente del partido opositor Tisza, afirmó que una persona así no debería ocupar un cargo público junto al Primer Ministro húngaro y debería dimitir antes del 23 de octubre, día nacional en que se conmemora el levantamiento.
"Unas sentencias bastante escandalosas, con las que los 13 días más brillantes de la historia húngara del siglo XX fueron sacrificados en el altar de la vil comunicación propagandística diaria", dijo Magyar en un post en Facebook. "Con estas sentencias, Balázs Orbán ha humillado la memoria de miles de luchadores húngaros por la libertad, cientos de los cuales -a diferencia de Balázs Orbán- estuvieron dispuestos a sacrificar sus vidas por la libertad y la independencia de su país", escribió Magyar.
El diputado Ferenc Gyurcsány, ex primer ministro de Hungría y líder del partido de centro-izquierda Coalición Democrática, afirmó que la declaración del colaborador más cercano del primer ministro húngaro significa que el Gobierno de Orbán "entregará Hungría a los rusos sin resistencia".
El diputado y copresidente del Partido Verde húngaro, Péter Ungár, afirmó que alguien que se considera representante de la nación no puede afirmar que Hungría no se defendería de una agresión militar rusa.
Balázs Orbán contraatacó en un comunicado en Facebook, rechazando las acusaciones de que sus palabras eran ofensivas para la memoria de los muertos en la revolución de mediados de la década de 1950, y calificando las reacciones de "indignantes". "No hay quien pare el tren de la prensa de propaganda de guerra", dijo Orbán. "La guerra nunca debería haber empezado y debería haber llegado a un final diplomático lo antes posible. Todo el mundo habría salido mucho mejor parado".
En 1956, las tropas soviéticas intervinieron en el país centroeuropeo, entonces firme tras el Telón de Acero, matando a unos 6.000 húngaros -la mitad civiles- y obligando a decenas de miles a exiliarse en casi dos semanas de combates, después de que los revolucionarios depusieran al Gobierno del Partido Comunista en Budapest por actuar como títere del Kremlin.