En medio de la escalada regional y del aumento de los ataques israelíes dirigidos contra figuras destacadas del Cuerpo de la Guardia Revolucionaria Iraní (IRGC), la cuestión de la sucesión del líder Alí Jamenei ha vuelto al primer plano.
Estos acontecimientos se producen en un momento en que las relaciones entre Teherán y Washington son cada vez más tensas, lo que ha reavivado los interrogantes sobre el futuro de los dirigentes de la República Islámica, especialmente si el actual líder es asesinado.
Estos interrogantes se ven alimentados por una serie de informes que indican la creciente influencia de Mojtaba Jamenei dentro de los círculos políticos y de seguridad, y el aumento de las conversaciones sobre su papel fundamental en la gestión de los asuntos del Estado entre bastidores. Los análisis indican que la aparición de su nombre en este momento puede no ser una mera coincidencia, sino más bien el resultado de cambios internos y delicados equilibrios en el corazón del régimen iraní, ya que el hijo del líder parece estar preparándose para un papel más público en la próxima etapa.
En un notable acontecimiento que refleja la intensidad de la tensión entre ambas partes, el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, escribió en su plataforma social Truth "Sabemos exactamente dónde se esconde el llamado Líder Supremo. Es un blanco fácil, pero sigue a salvo. No vamos a atentar contra él, al menos por ahora. Pero no aceptamos que se siga atacando a civiles o soldados estadounidenses, y nuestra paciencia se está agotando." La declaración se considera un mensaje directo que conlleva una amenaza velada, al tiempo que revela una cuidadosa vigilancia de los movimientos de los dirigentes iraníes en esta delicada etapa.
Según informes publicados por Reuters en mayo de 2024, Mojtaba Jamenei, un clérigo de rango medio, es considerado una figura influyente dentro de los centros de toma de decisiones de Irán, a pesar de su falta de apariciones públicas. Fuentes bien informadas sugieren que su influencia se extiende a la Guardia Revolucionaria y a algunas corrientes religiosas y políticas, razón por la cual se le había propuesto anteriormente, junto con el fallecido presidente Ebrahim Raisi, como uno de los candidatos más destacados para suceder al Líder.
Reuters explica que el apoyo directo de Jamenei a Raisi se interpretó como el preludio de una herencia de liderazgo dentro del ala conservadora. Sin embargo, la muerte de Raisi en un accidente de helicóptero cambió la ecuación y creó un repentino vacío en el campo de los candidatos, lo que volvió a poner el foco en Mojtaba como posible opción, a pesar de la polémica que rodea la posibilidad de que asuma el máximo cargo del país.
Sin embargo, el camino que tiene por delante el hijo no está del todo claro. A pesar de que se habla de su influencia, Reuters señala que la Asamblea de Expertos le excluyó de la lista de posibles candidatos hace unos seis meses, en un contexto de caída de su popularidad y de crecientes dudas sobre la legitimidad de su sucesión a su padre. Sin embargo, las fuentes hablan de presiones entre bastidores por parte de clérigos influyentes para que su nombre vuelva a entrar en los cálculos, en medio de los delicados equilibrios que rigen la escena política en Teherán.
'The Wall Street Journal', en un reportaje de mayo de 2024, citaba a funcionarios estadounidenses e israelíes que afirmaban que cualquier intento de atentar contra la cúpula iraní podría desembocar en un estado de caos en el seno del régimen, sin precedentes desde la década de 1980, señalando que la ausencia de una figura con el consenso del que gozaba el fundador de la república, Ruhollah Jomeini, podría complicar la fase sucesoria.
El diario señala también que el rechazo de Jamenei al principio de sucesión familiar puede obstaculizar el ascenso de su hijo, en un país cuya revolución se basó en el derrocamiento de la monarquía en 1979. Sin embargo, el solapamiento de las instituciones religiosas y militares, así como la falta de transparencia sobre los mecanismos de designación del líder supremo, abre la puerta a múltiples posibilidades.
Aunque las características de la era posterior a Jamenei siguen sin estar claras, Mojtaba Jamenei sigue siendo el candidato más destacado para asumir el liderazgo, pero los obstáculos legítimos y populares impiden que la cuestión de la sucesión se resuelva fácilmente, a la luz de un entorno político turbulento y una economía que sufre sanciones y presiones externas. Al final, la dinámica de la Asamblea de Expertos, las posiciones del estamento religioso y el curso de la guerra regional seguirán configurando el futuro panorama iraní.