Irán | El líder supremo, Alí Jamenei, acusa a Estados Unidos e Israel de 'planificar' las protestas que sacuden el país desde hace más de dos semanas. Las universidades han aparecido este lunes blindadas por las fuerzas antidisturbios
Tras dos semanas de silencio, el líder supremo de Irán, Alí Jamenei, ha salido a la palestra para culpar a Estados Unidos e Israel de organizar la ola de protestas que está sacudiendo a la república islámica desde la muerte de la joven Mahsa Amini a manos de la Policía de la Moral del Gobierno iraní.
Jamenei ha expresado su apoyo a las fuerzas de seguridad y calificado de "no normales" y "planeadas" las escenas en las que mujeres retiran y queman sus velos, y manifestantes prenden fuego a mezquitas, bancos y coches de policía.
"¿Quién planificó (las protestas)? -se preguntó Jamenei-. Yo digo que está claro que la planificación la hicieron Estados Unidos, el falso y usurpador régimen sionista, así como sus agentes a sueldo, con la ayuda de algunos iraníes traidores en el extranjero".
Las universidades blindadas por los antidisturbios
Las protestas en Irán entran en su tercera semana, con las universidades blindadas por las fuerzas antidisturbios, después de que estas se convirtieran en el epicentro de la contestación.
Este lunes, en las universidades de Teherán y Amis Kabir, situadas en el centro de la capital, había docenas de antidisturbios y furgonetas policiales para sofocar cualquier intento de alzar la voz. Esta medida fue tomada después de que se registraran violentos enfrentamientos en la prestigiosa Universidad Tecnológica de Sharif, que ha suspendido las clases presenciales.
Miles de jóvenes ha salido a la calle al grito de "Mujer, vida y libertad"; voces que en poco tiempo se han convertido en llamamientos al derrocamiento del poder clerical que gobierna Irán desde la revolución islámica de 1979.
El régimen ha respondido con una fuerte represión y cortes de Internet. La televisión estatal iraní reconoce que ha habido al menos 41 muertos en las manifestaciones, pero, según la ONG Irán Human Rights, con base en Oslo, esa cifra es de al menos 92.