Al parecer, Estados Unidos ha acordado proporcionar a Ucrania información de inteligencia para apoyar ataques de largo alcance contra instalaciones energéticas rusas y está considerando el suministro de misiles Tomahawk, en lo que el presidente ucraniano dijo el jueves que era "quizá algo más".
Estados Unidos está dispuesto a proporcionar a Ucrania información de inteligencia para apoyar ataques de largo alcance contra objetivos de infraestructuras energéticas en el interior de Rusia, según medios estadounidenses.
La decisión marca un paso crucial y señala un cambio significativo en la postura de Washington de apoyo a Ucrania, ya que demuestra un fortalecimiento del compromiso de EE.UU. de ayudar al país, a pesar del continuo rechazo de Moscú a las negociaciones directas con Kiev.
Según se informa, funcionarios estadounidenses afirmaron que la inteligencia permitirá a Ucrania atacar "refinerías, oleoductos, centrales eléctricas y otras infraestructuras lejos de sus fronteras", y Washington instó a los aliados de la OTAN a seguir su ejemplo y ampliar una cooperación similar.
La inteligencia compartida por Estados Unidos, incluidas las imágenes satelitales y otros datos de monitoreo, podría ser de gran ayuda para mejorar la precisión de los ataques de Ucrania en las profundidades de Rusia. La Administración estadounidense liderada por el presidente Donald Trump también está sopesando la entrega de misiles Tomahawk a Ucrania, que podrían alcanzar objetivos a una distancia de hasta 800 kilómetros.
En su intervención en la cumbre de la Comunidad Política Europea celebrada el jueves en Copenhague, el presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, confirmó que había hablado de esa posibilidad con su homólogo estadounidense.
"Hemos hablado con Estados Unidos. Estamos muy agradecidos al presidente Trump por este diálogo. La última vez tuvimos una reunión muy buena, un diálogo muy productivo. Y hablamos sobre armas de largo alcance", dijo Zelenski. "Hasta ahora solo utilizábamos nuestras armas. Después de mi reunión con Trump, tal vez tengamos algo más. Ya veremos. Hacemos todo lo posible para tener a Estados Unidos de nuestro lado", dijo.
Los misiles Tomahawk llevan tiempo en la lista de deseos de Kiev. Con un alcance operativo de entre 1.600 y 2.500 kilómetros y una potente cabeza nuclear de unos 400-450 kilogramos, podrían reforzar los ataques de Ucrania en las profundidades de Rusia.
Por el momento, Ucrania depende de misiles suministrados por Occidente, como el Storm Shadow, cuyo alcance está limitado a unos 250 kilómetros. Para ir más lejos, Kiev utiliza drones y misiles similares de fabricación nacional, como el Palianytsia, pero su carga explosiva está limitada a 50-100 kilogramos.
Por ello, Kiev cree que el intercambio de inteligencia con Estados Unidos podría reforzar la estrategia de ataque profundo de Ucrania, mientras que los misiles Tomahawk podrían transformarla por completo.
Kiev eliminó casi el 40% de la capacidad de refinado de Rusia
En los últimos meses, Ucrania ha intensificado significativamente los ataques contra las instalaciones energéticas rusas, pero Kiev insiste en que "no está atacando infraestructuras civiles, como Rusia ha estado haciendo en Ucrania" y que "sólo está respondiendo a los ataques contra nuestra energía (la de Ucrania)". Lo que Kiev necesita, dijo Zelenski es "ser comparable".
"Cuando ellos (Rusia) utilizan cada día 500 drones, nosotros utilizamos 100-150. Tenemos que financiar nuestra capacidad", declaró el dirigente ucraniano, quien añadió que, en comparación con la respuesta de Kiev hace un año, cuando Moscú atacaba sus infraestructuras energéticas civiles, la situación es ahora diferente y Rusia "siente ahora nuestra enérgica respuesta".
Zelenski explicó además que los líderes rusos tendrán que responder a "más preguntas de su sociedad", en referencia a la creciente escasez de combustible. Según los medios de comunicación afines al Kremlin, alrededor del 40% de la capacidad rusa de refinado de petróleo para gasolina y gasóleo se ha paralizado debido a los ataques de drones ucranianos desde finales de septiembre.
Los ataques ucranianos han tenido como objetivo al menos 16 de las 38 refinerías de petróleo rusas desde agosto de 2025, provocando una escasez nacional de combustible en toda Rusia, según informa 'FT'. En algunas regiones, la gasolina se limita a 10-20 litros por cliente.
Ante el empeoramiento de la situación en las últimas semanas, Rusia se dispone a importar gasolina de China, Corea del Sur y Singapur para compensar la creciente escasez de combustible nacional.
Para ello, Moscú planea levantar los aranceles a la importación de combustible que entre por determinados puntos de control del Extremo Oriente y está dispuesta a subvencionar a los importadores cubriendo la diferencia entre los precios del mercado mundial y los precios más bajos de la gasolina nacional, utilizando fondos del presupuesto federal.
Medios afines al Kremlin han informado de que el viceprimer ministro Alexander Novak envió una carta al primer ministro ruso Mijaíl Mishustin, advirtiéndole de que persiste el riesgo de un mayor deterioro del suministro interno de gasolina en Rusia, a pesar de las intervenciones previstas por el Gobierno. Según los informes, las petroleras rusas son incapaces de reparar los daños y hacer frente a la situación. Cualquier reparación en las refinerías afectadas podría llevar meses, ya que las sanciones occidentales han bloqueado el suministro del equipo necesario.