José Jerít fue investido presidente de Perú hace menos de una semana, pero no puede escapar de la crisis política que afecta al país. En las calles se desata la violencia.
El presidente de Perú, José Jerí, que asumió el cargo hace solo una semana, se niega a dimitir a pesar de la presión ejercida tras la muerte de una persona en una manifestación antigubernamental. "Nuestro país está viviendo tiempos difíciles, pero es deber de las autoridades asumir responsabilidades y buscar el diálogo para unificar la nación en estos momentos complicados", dijo el político en respuesta a los eventos de los últimos días. En el Congreso de Lima, Jerí también solicitó poderes especiales para combatir la delincuencia.
La Fiscalía peruana anunció que está investigando la muerte del manifestante Eduardo Ruiz, de 32 años, probablemente causada por una bala. El hombre también era conocido como artista. Según las cámaras de seguridad, Ruiz cayó en una calle de Lima después de que una persona, huyendo de los manifestantes, disparara un tiro. Se sospecha que el individuo era un agente de civil.
En los enfrentamientos durante la protesta, más de 100 personas resultaron heridas, entre ellas 80 policías y diez periodistas. Según una organización civil local, varios periodistas fueron golpeados por la Policía.
Perú enfrenta una grave crisis política
Hace un mes comenzaron en Perú las protestas lideradas por jóvenes. El movimiento exige la salida de la élite política debido a los bajos salarios y pensiones, así como a la corrupción que impregna la administración pública.
José Jerí, de 38 años, es el séptimo presidente de Perú en menos de diez años, y asumió el poder después de que el Congreso destituyera a su predecesora Dina Boluarte mediante una moción de censura. Jerí, abogado de profesión, tiene poca experiencia política.
La ola de protestas en Perú es parte de una tendencia más amplia: recientemente, grupos de la Generación Z también han organizado grandes manifestaciones en Nepal, Filipinas, Indonesia, Kenia y Marruecos.