Los convocantes se dirigieron hacia un hotel a las afueras de la capital irlandesa que acoge a varios solicitantes de asilo, tras la publicación de una agresión sexual a una joven.
Seis personas han sido detenidas tras los enfrentamientos entre manifestantes de ultraderecha y la Policía irlandesa a las afueras de Dublín, generados por la agresión sexual a una menor de edad a manos de, presuntamente, un solicitante de asilo.
Cientos de manifestantes se congregaron el martes por la noche frente al hotel CityWest, que alberga a varios refugiados en Saggart, al oeste de Dublín. La Garda irlandesa fue atacada con botellas de cristal, ladrillos y artefactos pirotécnicos, y un vehículo policial fue calcinado a las puertas del hotel.
Muchos de los manifestantes portaban banderas irlandesas y pancartas con mensajes ultranacionalistas, según la cobertura de los medios de comunicación locales. Un agresor, que no ha sido identificado y cuya etnia se desconoce, fue formalmente acusado este martes.
El primer ministro irlandés, el taoiseach Micheál Martin, ha condenado las agresiones a los policías. "No puede haber justificación para la violencia contra ellos. Conmocionará a todas las personas que piensan correctamente", ha declarado. "Rindo homenaje a los 'gardaí' que actuaron con valentía y rapidez para restablecer el orden".
La joven agredida está tutorizada por el Estado y se había "fugado" durante una excursión hasta el centro de la capital irlandesa, según la agencia de infancia y familia del país, Tulsa. Martin declaró el martes en el Parlamento que reconocía la "preocupación, enfado e inquietud de muchas personas" por el incidente. "Es evidente que el Estado ha incumplido su obligación de proteger a esta niña", ha declarado.
Los actos de violencia del martes se produjeron casi dos años después de los graves disturbios que se produjeron en el centro de Dublín tras el apuñalamiento de tres niños a la salida de un colegio. Entonces también circularon rumores de que el presunto agresor era un inmigrante.
En los últimos años, han aumentado en Irlanda las manifestaciones antiinmigración y las vandalizaciones de las instituciones públicas que se ocupan de estas personas, incluyendo varios incendios provocados en alojamientos para solicitantes de asilo. Los manifestantes, generalmente de corte ultranacionalista o del ámbito de la extrema derecha, se quejan de los índices de delincuencia y de la falta de vivienda en la isla.