El Pontífice se reunió el sábado con algunas de las víctimas de abusos a menores perpetrados por miembros del clero durante la década de 2000. El encuentro con León XIV se produce un año después del viaje del Papa Francisco a Bélgica.
El Papa León XIV se reunió el sábado por la tarde con 15 personas de Bélgica, víctimas de abusos a menores cometidos por miembros del clero.
El encuentro, que duró casi tres horas, se desarrolló en un clima de**"cercanía, escucha y diálogo, profundo y doloroso**" y concluyó con un momento de oración, según informó la Oficina de Prensa de la Santa Sede.
El grupo estuvo acompañado por la Pontificia Comisión para la Protección de Menores, que colabora con la Iglesia belga en este tema. La Comisión ya se había reunido con el grupo el viernes para continuar un diálogo iniciado en julio.
El encuentro previo con el Papa Francisco
La mayoría de los presentes ya se habían reunido con el Papa Francisco en septiembre de 2024, durante su viaje apostólico a Bélgica (en la Nunciatura Apostólica de Bruselas). En aquella ocasión, las víctimas habían compartido sus historias y su dolor, expresando sus expectativas en el compromiso de la Iglesia.
El Papa Francisco había escuchado su sufrimiento, expresando gratitud por su valentía y un sentimiento de vergüenza por lo que habían sufrido, tomando nota de sus peticiones.
La historia de los casos de abusos a menores en Bélgica
Los casos de abusos sexuales a menores por parte de miembros del clero en Bélgica emergieron con fuerza en 2010 con la controvertida Operación Cáliz, una investigación judicial que dio lugar a registros en archivos eclesiásticos y a la apertura de expedientes que implicaban a numerosos sacerdotes y personalidades de la Iglesia.
Este escándalo reveló un patrón de abusos sistémicos y una evidente mala gestión por parte de la jerarquía, lo que provocó la desconfianza generalizada de la opinión pública.
El clamor mediático y las investigaciones obligaron a la Iglesia a intervenir, lo que condujo a la dimisión de figuras de alto nivel, como el obispo Roger Joseph Vangheluwe, y a la creación de organismos para escuchar y compensar a las víctimas, aunque el proceso judicial ha resultado a menudo frustrante para muchas de ellas debido a la prescripción de los delitos.
La respuesta de la Iglesia belga y de la Santa Sede se ha centrado en el reconocimiento y el diálogo. Se han creado comisiones para la protección de menores y se han ofrecido compensaciones económicas.
A nivel internacional, Bélgica fue escenario de una importante batalla legal en el Tribunal Europeo de Derechos Humanos (TEDH) en relación con la tramitación de los casos y la cuestión de la inmunidad jurisdiccional de la Santa Sede.
Sin embargo, el TEDH falló a favor de los tribunales belgas al reconocer la inmunidad de la Santa Sede, impidiendo de hecho a las víctimas un maxijuicio internacional sobre la "política del silencio" a través de la jurisdicción civil de Bélgica.