La Asamblea Nacional sacó adelante el PLFSS por un estrecho margen, en un contexto de fuerte tensión social y advertencias sobre un déficit que podría alcanzar los 30.000 millones en 2026. La suspensión temporal de la reforma de las pensiones hasta 2028 mantiene la actividad política.
Se decidió por un puñado de votos. El Proyecto de Ley de Financiación de la Seguridad Social (PLFSS) de Francia ha sido aprobado en nueva lectura, mientras el primer ministro, Sébastien Lecornu, intenta evitar cualquier desviación presupuestaria en un contexto de fuerte presión social.
Un total de 247 diputados votaron a favor del texto en su conjunto y 234 se posicionaron en contra. Horas antes, la Asamblea había aprobado la parte correspondiente a los gastos del presupuesto de la Seguridad Social. Esa sección, que incluye la suspensión de la reforma de las pensiones, recibió 227 votos a favor y 86 en contra.
Previamente, los diputados validaron una enmienda del Gobierno que eleva el crecimiento del gasto sanitario al 3%, frente al 2% inicialmente propuesto, con el objetivo de asegurar una mayoría favorable al texto.
El Ejecutivo llevaba días alertando de que, en caso de rechazo del PLFSS, el gasto social seguiría funcionando (prestaciones pagadas, atención reembolsada), pero las cuentas podrían deteriorarse con rapidez.
La semana pasada, los diputados recibieron una nota interna que estimaba que el déficit podría alcanzar 30.000 millones de euros en 2026, una cifra considerada "extremadamente preocupante" por Pierre Pribile, responsable de la Seguridad Social. A modo de referencia, el déficit previsto para 2025 asciende a 23.000 millones.
La reforma de las pensiones, en el centro del debate
Más allá de los equilibrios financieros, el PLFSS incluye un asunto político central: la suspensión de la reforma de las pensiones.
Esta disposición, restablecida por los diputados el 5 de diciembre tras haber sido suprimida por el Senado, prevé congelar el avance hacia la edad legal de jubilación de 64 años hasta enero de 2028, es decir, después de las próximas elecciones presidenciales.
Según el procedimiento legislativo, el texto aprobado volverá ahora al Senado para una nueva lectura. Si los senadores votan una versión conforme, el proyecto de ley quedará definitivamente aprobado por la Asamblea.
Pero si, como parece probable dada la oposición de la derecha, mayoritaria en la Cámara Alta, el Senado rechaza el texto, será necesaria una última lectura en la Asamblea Nacional, que tendrá la última palabra para su adopción final.