El empleo y la inflación en la eurozona se estancan y hacen aumentar la presión al Banco Central Europeo (BCE) sobre mayores estímulos en su política monetaria.
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El empleo y la inflación en la eurozona se estancan y hacen aumentar la presión al Banco Central Europeo (BCE) sobre mayores estímulos en su política monetaria. En julio y según datos de Eurostat, el desempleo entre los países de la moneda única se mantuvo en el 10,1 por ciento, su menor nivel desde mediados de 2011 pero aun por encima de la media de la década pasada.
Pese a su descenso, España sigue siendo el segundo país con más desempleo después de Grecia con el 19,6 por ciento.
Por su parte, los precios al consumo en agosto en la eurozona continuaron en un bajo 0,2 por ciento cuando los analistas esperaban que al menos subieran una décima respecto a julio. En el caso de España, la inflación registró su menor caída al situarse en un 0,1 por ciento negativo por una menor bajada de los carburantes.
Pero, en general, estas cifras están muy lejos del objetivo del BCE del dos por ciento. El organismo celebra el jueves de la semana que viene su próxima reunión y, con un tipo de interés ya en el cero por ciento, la única posibilidad que se apunta es que decida ampliar en el tiempo la actual compra masiva de activos incluida deuda soberana.