La productividad, sin embargo, sigue siendo débil en comparación con el promedio de la UE, y el problema ha empeorado en los últimos 10 años aproximadamente.
La estimación final de la inflación interanual de España para agosto fue del 2,3%, según el Instituto Nacional de Estadística (INE), lo que representa un descenso respecto al 2,8% de julio, pero aún por encima de las previsiones de los analistas del 2,2%.
La caída se debió principalmente a que los costes de los alimentos y las bebidas no alcohólicas crecieron a un ritmo más lento, disminuyendo hasta el 2,5% en agosto, frente al 3,1% de julio. Los costes del alcohol y el tabaco también cayeron hasta el 3,6% en agosto, frente al 3,7% de julio.
Los costes de los restaurantes y hoteles cayeron hasta el 4,6%, frente al 4,7% de julio, mientras que los costes del calzado y la ropa se desaceleraron hasta el 0,7% en agosto, frente al 0,9% de julio.
Sin embargo, la inflación aumentó en el sector del ocio y la cultura, alcanzando el 2% en agosto, frente al 1,6% de julio. Los precios de la vivienda y los servicios públicos también aumentaron hasta el 4% en agosto, frente al 3,2% de julio.
Los problemas de productividad siguen lastrando a España
La Comisión Europea afirmó recientemente en su informe de 2024 sobre España que la productividad sigue siendo débil en España, en comparación con la media de la UE, y que el problema ha empeorado en los últimos 10 años aproximadamente.
Entre el amplio abanico de factores que contribuyen a esta tendencia estarían la decepcionanteinversión empresarial, en innovación y en investigación, así como la caída de la transferencia de conocimientos de los ámbitos científicos a los empresariales. La creciente fragmentación del mercado interno también ha contribuido significativamente a este fenómeno.
La situación se ha visto agravada por el aumento de las barreras regulatorias para las pequeñas y medianas empresas, lo que ha obstaculizado el crecimiento, así como por el acceso limitado a la financiación mediante capital. Sin embargo, a pesar de los desafíos, la economía española parece haberse mantenido relativamente fuerte.
La resistencia de la economía española
En junio, el Fondo Monetario Internacional (FMI) afirmó, en el marco de su consulta del Artículo IV sobre España 2024: "La economía española ha sido resistente a sucesivos shocks, cuyos efectos se vieron mitigados por un apoyo político sin precedentes que ahora se está eliminando gradualmente".
"El desempeño del mercado laboral ha sido excepcionalmente sólido y algunas de sus deficiencias perennes (sobre todo, la gran proporción de trabajadores temporales y el alto desempleo) se han aliviado", añade.
"Se prevé que el crecimiento alcance el 2,4% en 2024, y se espera que la inflación general y la inflación básica converjan cerca del objetivo del BCE antes de mediados de 2025", según el FMI.
"Los riesgos se han vuelto más equilibrados", expone también el FMI, "pero aún se inclinan a la baja para el crecimiento y al alza para la inflación, incluidos los riesgos predominantemente internos (fragmentación política, ejecución insuficiente del gasto del 'Next Generation EU', pero también los riesgos globales (volatilidad de los precios de la energía, riesgos geopolíticos, fragmentación geoeconómica)".