La economía española ha registrado un sólido crecimiento, aunque los expertos se preguntan cuánto durará. La población, sin embargo, no ha notado esta mejora económica en su bolsillo. La recuperación suele parecer espectacular cuando se compara con un punto de partida inusualmente bajo.
La economía española creció un 3,4% interanual entre julio y septiembre, según los nuevos datos de Eurostat publicados el miércoles. Esta cifra se sitúa por encima de las tasas de crecimiento registradas en otros países, ya que la media de la zona euro fue del 0,9%.
Una de las razones de este fuerte aumento del PIB es que España se vio desproporcionadamente afectada por la pandemia, en parte debido a su dependencia del turismo, por lo que la economía española tardó más en recuperarse del impacto.
Al pensar en por qué España está superando a sus homólogos, es importante recordar este efecto base. La recuperación suele parecer espectacular cuando se compara con un punto de partida inusualmente bajo. Aun así, España se encuentra ahora en una trayectoria de crecimiento más rápido que su promedio de 2013 a 2019 - lo que significa que esta no es la historia completa.
Turismo y exportaciones
Según datos recientes del Instituto Nacional de Estadística de España, el país recibió 9,6 millones de turistas internacionales en septiembre. Esto supone un aumento del 9,1% respecto al mismo periodo del año anterior. Por su parte, el gasto de los visitantes internacionales ascendió a 12,62 millones, lo que supone un aumento interanual del 12,7%.
"Aunque se espera que el turismo se mantenga fuerte, el ritmo de crecimiento podría moderarse a medida que se enfríe la oleada inicial de viajes tras la pandemia", dijo el profesor Ruben Dewitte, economista de ING. "Es improbable que este crecimiento continúe al mismo ritmo y las tensiones con la población local ya están presentes", añadió.
España ha sido testigo de varias protestas contra el turismo de masas, en las que los residentes airean su enfado por el aumento de los alquileres, la precariedad laboral y otras consecuencias negativas del sector.
Miguel Cardoso-Lecourtois, economista jefe de BBVA Research, declaró a 'Euronews' que también espera una "ralentización" del crecimiento español. "La contribución de la demanda externa debería tornarse negativa el próximo año debido a los límites a la expansión de las exportaciones de servicios turísticos y a la transición hacia un modelo de crecimiento con mayor gasto en bienes importados", explicó.
Cardoso-Lecourtois añadió que, de cara al futuro, es posible que las exportaciones españolas no se beneficien tanto como se esperaba de la recuperación de la eurozona. Lo achacó a los cuellos de botella que afectan a sectores como el automovilístico, el farmacéutico o el de la confección. Estos pueden "sufrir la incertidumbre regulatoria, las consecuencias del alto crecimiento durante la pandemia y los cambios en las preferencias", explicó.
Las fluctuaciones de la demanda pueden afectar negativamente a un sector, ya que pueden provocar un exceso de oferta o una falta de capacidad, además de provocar picos en los costes laborales.
El poder de la inmigración cotizante
Las buenas cifras de exportación de España, junto con un consumo robusto, sólo han sido posibles gracias a la salud del mercado laboral del país. En el tercer trimestre de este año, la tasa de desempleo cayó hasta el 11,21%, su nivel más bajo desde la crisis financiera de 2008.
La oferta de trabajadores disponibles, impulsada principalmente por la inmigración, ha permitido a las empresas españolas aumentar la producción sin forzar demasiado sus presupuestos. "La población activa nacida en el extranjero creció un 9,1% interanual el pasado trimestre, frente a un crecimiento de la población nativa del 0,6%", señaló el profesor Rubén Dewitte.
Y añadió: "Aunque esto puede apoyar la expansión económica, el estancamiento de la productividad por puesto de trabajo equivalente a tiempo completo también pone de relieve la necesidad de políticas que garanticen la integración productiva de estos trabajadores en la economía para seguir estimulando el crecimiento económico."
Ángel Talavera, responsable de economía europea de Oxford Economics, también declaró a 'Euronews' que, si bien "el aumento de la inmigración" ha contribuido a impulsar el crecimiento de España, hay que distinguir entre el PIB global y el PIB per cápita.
Mientras la población española crece, la producción económica media por persona no aumenta de forma tan espectacular como la producción nacional. "Los españoles han visto una mejora mucho menor que en las cifras agregadas, lo que ayuda a explicar por qué sigue habiendo cierto descontento a pesar de las buenas cifras económicas", afirma Talavera.
Gasto público
La inversión pública es también uno de los factores que explican la evolución del crecimiento en España. El país va a recibir 163.000 millones de euros del Fondo de la UE Next Generation, creado para ayudar a los países a recuperarse de la pandemia.
A finales de octubre, España había recibido 48.300 millones de euros. "El impacto a largo plazo de la financiación del NGEU dependerá de su capacidad para estimular la inversión a largo plazo y el crecimiento de la productividad y, por tanto, de la fuerza de su multiplicador", afirmó el profesor Ruben Dewitte.
De cara al futuro, Juan Carlos Martínez Lázaro, profesor de Economía en IE University, declaró a 'Euronews' que "el consumo debería seguir siendo robusto" en España, "especialmente ahora que la inflación ya está por debajo del 2%". "El cambio en la política monetaria del BCE impulsará el consumo y, esperemos, la inversión", explicó, destacando la inversión privada como área de mejora.
La profesora Evi Pappa, de la Universidad Carlos III de Madrid, también expresó un cauto optimismo. "En teoría, si el crecimiento del PIB de España se mantiene fuerte, el ratio deuda/PIB podría estabilizarse a largo plazo, ya que una producción creciente ayudaría a gestionar la carga de la deuda existente".
"Sin embargo, la capacidad de España para mantener el crecimiento de su producción depende de inversiones que aumenten la productividad y de reformas estructurales", aclaró. Pappa subrayó que hay que diferenciar entre los impulsores del crecimiento a corto plazo y las ganancias a largo plazo, que dependen de la productividad.