La inflación interanual del Reino Unido se sitúa en el 3,8 %, casi el doble del objetivo del Banco de Inglaterra, del 2 %.
El Banco de Inglaterra (BoE) mantuvo este jueves su tipo de interés de referencia en el cuatro por ciento, en gran medida en línea con lo esperado, mientras la entidad lidia con un contexto de inflación persistente y crecimiento débil.
Al comentar la decisión final, los responsables de política monetaria señalaron que las condiciones económicas actuales no justificaban un cambio. Con todo, la decisión estuvo muy reñida, ya que cuatro de nueve miembros del comité de política monetaria votaron a favor de un recorte de 25 puntos básicos. El gobernador Andrew Bailey tuvo el voto de calidad.
"Quizá no sorprenda que haya optado por un enfoque más prudente, sobre todo teniendo en cuenta que el Reino Unido sigue sufriendo una inflación más alta que otras economías", dijo Lindsay James, estratega de inversiones en Quilter. El gobernador del Banco de Inglaterra, Andrew Bailey, señaló en un comunicado: "En lugar de recortar ahora el tipo oficial, prefiero esperar para ver si la desinflación se consolida con los próximos datos económicos de este año".
La inflación de los precios al consumo en el Reino Unido fue del 3,8 % en septiembre, aún muy por encima del objetivo del Banco de Inglaterra del dos por ciento. Aun así, el BoE dijo este jueves que la inflación había tocado techo y que seguía habiendo avances en la desinflación subyacente.
Al mismo tiempo, las cifras de salarios y empleo apuntan a una moderación del mercado laboral. Los analistas señalan que la combinación de una inflación más lenta y datos de empleo más débiles ha aumentado las expectativas de que los tipos podrían recortarse en los próximos meses.
El Banco también destacó los posibles riesgos derivados de las incertidumbres globales y del próximo ajuste fiscal, y sugirió que cualquier movimiento sobre los tipos sería prudente. Según James, de Quilter, la decisión del BoE supone un revés para la ministra de Hacienda británica, Rachel Reeves, que se espera que detalle subidas de impuestos en sus presupuestos el 26 de noviembre.
"Con un nuevo paquete de subidas fiscales en camino, a la ministra le habría gustado estar en una situación en la que los tipos estuvieran por debajo del cuatro por ciento", dijo James. El Gobierno querrá estimular la economía, añadió, pero tendrá que compaginarlo con sus ambiciones de contención fiscal. A la vista de los retos que afronta la economía británica, los analistas prevén que haya más recortes de tipos sobre la mesa en los próximos meses.