Stellantis, segundo fabricante de automóviles de Europa, y CATL, gigante chino de baterías para vehículos eléctricos, han comenzado a construir una planta de baterías de 4.100 millones de euros en el noreste de España, con la que se prevé crear 4.000 empleos.
La china CATL y el fabricante de automóviles Stellantis celebraron el miércoles el acto de colocación de la primera piedra de su empresa conjunta para construir una gran planta de baterías de litio-ferrofosfato (LFP) en Aragón, en el noreste de España. El acuerdo, anunciado por primera vez el año pasado, supone una de las mayores inversiones industriales chinas en el país.
El miércoles, directivos de la empresa conjunta dijeron que el proyecto prevé crear 4.000 empleos. La iniciativa ha recibido críticas, ya que algunos medios han apuntado que hasta 2.000 trabajadores chinos podrían participar en la construcción, sustituyendo a empleados locales. Andy Wu, consejero delegado de la empresa conjunta, rehusó confirmar esas cifras y afirmó que aún no hay un número definitivo, ya que la compañía sigue seleccionando al subcontratista.
La planta funcionará íntegramente con energías renovables y está previsto que inicie la producción a finales de 2026, con una capacidad estimada de 50 gigavatios hora de baterías LFP al año, para abastecer a vehículos eléctricos en toda Europa. El ministro de Industria, Comercio y Turismo, Jordi Hereu, calificó el inicio de las obras como un "hito estratégico" para la transición energética y la modernización industrial de España.
En su intervención en la ceremonia, destacó que la alianza refleja la fuerte confianza entre las empresas españolas y chinas, y subrayó el papel de España en los esfuerzos de electrificación de Europa, según 'Xinhua'.
La gran influencia de CATL sobre la cadena de suministro
España ha sido relativamente abierta a la inversión china en comparación con algunos países de la UE. El año pasado, el país generó más de la mitad de su electricidad a partir de fuentes renovables y depende de materias primas críticas importadas, paneles solares y tecnologías verdes para acelerar la transición lejos de los combustibles fósiles.
Y el control chino sobre estos materiales es considerable. La parte china de la empresa conjunta, CATL, es el mayor fabricante de baterías para vehículos eléctricos del mundo. Entre sus clientes figuran Tesla, BMW y Volkswagen, y la compañía persigue una mayor expansión en Europa. La producción existente en Erfurt, Alemania, está en marcha desde 2022, mientras que la producción a plena escala en Debrecen, Hungría, se espera que comience en los próximos meses.
CATL también ejerce una influencia significativa sobre la cadena de suministro global de vehículos eléctricos gracias a inversiones mineras de gran tamaño en litio, níquel y cobalto, en China y en el extranjero, con proyectos en Indonesia y Bolivia.