La Comisión Europea presentó el miércoles una nueva estrategia de seguridad económica para anticipar riesgos y blindar el mercado único en un contexto de crecientes tensiones comerciales globales, especialmente con China.
El Ejecutivo comunitario pretende reforzar las defensas del mercado de la UE frente a las amenazas de terceros países mediante una nueva doctrina económica que combina la anticipación de riesgos con una estrategia más sólida.
El nuevo marco estratégico llega en un momento en que la Unión se enfrenta a políticas comerciales crecientemente nacionalistas de grandes actores como China y Estados Unidos.
Hace unas semanas, la presión de Pekín para restringir las exportaciones de tierras raras puso en riesgo sectores europeos clave, desde la automoción y la tecnología hasta la defensa. China también sometió a prueba la resiliencia económica europea al bloquear envíos de chips para automoción destinados a la empresa neerlandesa Nexperia, un eslabón estratégico en la cadena de suministro de la UE.
"Europa sigue siendo campeona de la apertura comercial y la inversión mundial, pero la apertura sin seguridad se convierte en vulnerabilidad", declaró Maros Sefcovic, comisario europeo de Comercio y Seguridad Económica. "Para seguir siendo resistentes en un panorama geopolítico y geoeconómico cambiante, debemos utilizar nuestras herramientas de forma más estratégica y asertiva, al tiempo que desarrollamos otras nuevas para reforzar nuestra seguridad económica".
La doctrina identifica varios ámbitos en los que la UE quiere afinar su evaluación de riesgos y reducir dependencias críticas: materias primas esenciales, componentes tecnológicos y semiconductores, áreas que China utiliza cada vez más como palanca geoeconómica.
La UE prevé incorporar consideraciones de seguridad económica a las investigaciones de defensa comercial. El bloque cuenta con instrumentos como el control de inversiones extranjeras, el examen de subvenciones y los mecanismos antidumping. Entre las medidas más importantes figuran los instrumentos contra la coacción adoptados en 2023, diseñados para responder a presiones de potencias extranjeras.
Lucha contra el espionaje industrial
Bruselas también quiere poner fin a prácticas predatorias y al espionaje industrial, reforzando el escrutinio sobre empresas e infraestructuras estratégicas, tanto físicas como digitales.
"Debemos reforzar nuestra capacidad de recopilar y compartir inteligencia económica, porque la verdadera seguridad solo es posible cuando Europa actúa como una sola: con los Estados miembros y la industria moviéndose en sincronía", afirmó Sefcovic.
Aun así, la Comisión no ha presentado propuestas concretas para afrontar situaciones en las que empresas de sectores emergentes, como la tecnología cuántica, no logran acceso a financiación dentro de la UE.
"Preocupa que la propiedad de ciertas tecnologías estratégicas esté saliendo de manos europeas, y no por buenas razones", advirtió un alto funcionario comunitario.
Para estos casos, el documento presentado el miércoles establece que la UE dará prioridad a financiación europea o procedente de socios alineados para componentes y servicios cuánticos críticos, y que limitará la dependencia de proveedores cuánticos o de nube considerados de alto riesgo en sectores sensibles.
En mercados dominados por China, como el de las baterías para vehículos eléctricos, la Comisión aspira a reforzar el intercambio de tecnología y conocimientos. El mismo alto funcionario subrayó que Bruselas quiere una participación más estrecha del sector privado, ya que es "donde realmente se produce el riesgo".
El bloque ya dispone de legislación nacida durante la pandemia de Covid-19 y tras la invasión rusa de Ucrania para mantener en funcionamiento los bienes, servicios y personal esenciales del mercado único en situaciones de emergencia. Para reforzar este esfuerzo, se creará un nuevo grupo consultivo compuesto por representantes de la industria.
La Comisión también quiere fomentar asociaciones con países que afrontan amenazas similares en un mundo fragmentado en nuevos bloques comerciales, y reforzar las evaluaciones de riesgos externos. Japón participará en este marco, junto con los países candidatos a ingresar en la UE, un ámbito donde Bruselas ya compite con la creciente influencia china.