La adaptación a la gran pantalla del famoso espectáculo de Broadway ya está aquí... Y sólo hechiza a medias.
'Glicked' nunca llegó a materializarse, ¿verdad? Al menos no en Europa, donde 'Gladiator II' y 'Wicked' se estrenaron con una semana de diferencia. El intento de crear un acontecimiento cultural en torno al estreno simultáneo (más o menos) de la secuela de 'Gladiator' de Ridley Scott y la precuela de 'El mago de Oz' de Jon M. Chu, con la esperanza de reavivar el entusiasmo que suscitaron el año pasado los estrenos simultáneos de 'Barbie' y 'Oppenheimer', ha fracasado.
Dicho esto, el estreno en EE.UU. de ambas películas -a tiempo para el fin de semana de Acción de Gracias- puede reportar beneficios en taquilla. Pero 'Glicked' no parece nada comparada con el acontecimiento cinematográfico de 2023 que fue 'Barbenheimer'.
Aunque las cifras de la taquilla mundial aún no se han pronunciado, es evidente que la nueva película de este año no ha generado el mismo nivel de expectación, fan art o memes. A pesar de lo que parecen meses de giras de prensa, lo mejor que 'Wicked' pudo hacer para acaparar titulares fue cometer un error de categoría X en su merchandising.
Es posible que ambas películas de 2024 obtengan buenos resultados una vez que se conozcan las estadísticas globales, pero los estrenos de 'Gladiator II' y 'Wicked' son la prueba de que querer apoderarse desesperadamente de la imaginación del público haciendo lo mismo por segunda vez no es tan infalible como parece. Más que eso, el fracaso del spiritus mundi de 'Glicked' puede, en retrospectiva, reducirse al hecho de que ni 'Gladiator II' ni 'Wicked' son tan buenas como 'Barbie' y 'Oppenheimer'.
La secuela de Scott era bastante entretenida, pero servía para muy poco y acabó siendo un poco sosa. En cuanto al primer capítulo de Chu de una serie de dos, es perfectamente disfrutable pero, en última instancia, es un recordatorio de que Hollywood se preocupa más por los nombres comerciales que por lanzar hechizos mágicos.
Esto no quiere decir que 'Wicked' no sea un buen momento en el cine musical. Lo es, con reservas, ya que encanta tanto como agota. Para los que aún no sean discípulos del exitoso musical de Broadway o de la novela de Gregory Maguire de 1995, 'Wicked' narra la historia del origen de Elphaba (Cynthia Erivo), la futura Bruja Mala del Oeste de Oz, y de su compañera de piso Galinda (Ariana Grande), que se convierte en Glinda, la Bruja Buena del Norte.
Galinda es Elle Woods, que aspira a estudiar hechicería; Elphaba es una marginada incomprendida y acosada, que llega a la Universidad de Shiz para vigilar a su hermana en silla de ruedas. Su talento mágico sin explotar lleva a Madame Morrible (Michelle Yeoh) a convertir a la chica de piel verde en su alumna predilecta. Esto es música para los oídos de Elphaba, que quiere conocer al todopoderoso Mago de Oz (Jeff Goldblum), quien espera que le conceda su deseo de ser "desverdizada".
Destinadas a ser las mejores enemigas, Elphaba y Galinda se embarcan en una aventura, aunque la presencia del egocéntrico Príncipe Fiyero (Jonathan Bailey, que aporta mucha 'Kenergy' al papel) amenaza con hacer que las cosas se pongan feas.
Hay que dar la enhorabuena a Jon M. Chu, ya que siempre es difícil adaptar una historia querida a la pantalla. Y el musical 'Wicked' lo es. No hay duda de que el director es fiel al material original, y el fandom se alegrará de los esmerados esfuerzos por hacer que la versión para la gran pantalla sea lo más pulida posible.
Chu también hace un trabajo admirable a la hora de transmitir las vulnerabilidades de los personajes, colocando la cámara cerca de los rostros y dejando que Erivo haga la mayor parte del trabajo pesado. Y no nos equivoquemos: la actriz y cantante británica está maravillosa. En cuanto a Ariana Grande, la estrella del pop se las arregla para llevar a cabo la rutina de la mocosa tonta, incluso si no puede lograr lo que Selena Gómez hizo en el frente de la actuación en 'Emilia Pérez' a principios de este año. Afortunadamente, ambas intérpretes son cantantes dotadas, y su trabajo aquí hace de 'Wicked' la mejor salida de cualquier programa doble de 'Glicked'.
Dicho esto, hay numerosos problemas. Chu va a lo grande aquí, ya que todo es muy brillante y grandioso. Sin embargo, este enfoque maximalista llega a cansar por culpa de un CGI torpe que roza el exceso; unos decorados coloristas que parecen ineludiblemente artificiales y que no provocan mucha curiosidad en lo que respecta a la construcción del mundo; y unas lentes que necesitaban una revisión. De hecho, 'Wicked' no se ve muy bien.
Cuando las escenas no están mal iluminadas, están increíblemente sobreiluminadas. Aunque estas decisiones pueden funcionar sobre el papel, teniendo en cuenta el argumento y la ambientación de cuento de hadas, en la práctica resultan extrañamente superficiales y carecen del asombro y la maravilla generados por el espectáculo teatral.
Lo peor, sin embargo, es lo excesivamente pesada que resulta esta película. Con casi tres horas de duración, no se puede obviar que esta adaptación podría haberse realizado de una sola vez, de forma contundente y satisfactoria, sobre todo si se reduce esa letárgica primera hora. Cuando la primera parte dura lo mismo que toda la obra de Broadway, no hay excusas.
'Wicked' acaba encontrando su equilibrio, especialmente en lo que respecta al número característico de Galinda, 'Popular', 'Dancing Through Life' de Fiyero y el tiempo que pasa en la Ciudad Esmeralda. Y cuando lo hace, se eleva. Sin embargo, hubo tiempo de sobra para convertirlo en el musical cinematográfico más singular de este todavía joven siglo, y aunque la primera parte termine literalmente con una nota alta, con una excelente interpretación de la canción 'Defying Gravity', uno se queda con la impresión de que 'Wicked' sólo funcionará como la primera parte de un programa doble, con la segunda parte de Wicked terminando la historia el año que viene.
"No te están contando toda la historia", advierte el profesor de historia de Shiz, el Dr. Dillamond. Cuánta razón tienes, cabra CGI con voz de Peter Dinklage. Tu frase bien podría ser el eslogan del primer capítulo de 2024.
Si esto no hubiera sido otro 'Harry Potter y las Reliquias de la Muerte', 'Los Juegos del Hambre: Sinsajo' y 'Misión: Imposible - Dead Reckoning'; 'Wicked' podría haber entrado directamente en la lista de las mejores películas de 2024. Sin embargo, los esfuerzos forzados para convertirla en una película de dos partes y orquestar 'Glicked' (o 'Wickiator', que es mucho mejor) garantizan que el verde de Elphaba no sustituirá al rosa de Barbie.
A pesar de estos lamentos, merece la pena terminar con la misma nota alta que la primera parte, ya que la película consigue algo precioso. Tanto si te gusta como si no, 'Wicked' se estrena en un momento oportuno.
La novela de Maguire, en la que se basa el espectáculo de Broadway, tiene matices sociopolíticos y no escatima en describir el declive de Oz hacia el fascismo. En cuanto a la puesta en escena, estrenada en 2003, se basó en el potencial alegórico del material original y reflejó las tensiones posteriores al 11-S, con la frase "La mejor manera de unir a la gente es dándoles un enemigo", que adquiere una resonancia aún más oportuna.
La versión para la gran pantalla no intenta abarcar ningún peso alegórico, pero sigue siendo una crítica atemporal sobre la división. Con otro año agotador llegando a su fin, lleno de fascismo, genocidios y unas elecciones presidenciales que han llevado a muchos al estado de "¿para qué?", lo que se necesita es una película que despida el año recalcando que el odio es un espejo. Puede que 'Wicked' sea más impresionante en escala que en profundidad, pero sigue siendo un recordatorio de oro de que el miedo al Otro nunca ha sido bueno. Es mejor que cualquier otra película.
La segunda parte de 'Wicked' llegará a los cines el 21 de noviembre de 2025.