El productor de Rosalía con 'Los Ángeles' y el transgresor cantaor de flamenco presentan en Bélgica su álbum, con referencias religiosas pero pensado para la introspección
Noche fría en Gante, la capital belga donde la Edad Media parece no haberse ido del todo, y en mitad de los muros de piedra y los canales se cuela el sonido disruptivo de 'cru+es', el trabajo artístico donde Raül Refree y Niño de Elche se alían para crear una experiencia artística completa, una liturgia, donde invitan al público a una escucha realmente activa, transformadora, alejada de artificios.
Este trabajo llega cuando Rosalía vuelve a hacerse viral con un nuevo disco, 'LUX' — donde se muestra como una monja enamorada de Dios—, y en un momento para la música en el que artistas como Justin Bieber o Kanye West dedican sus canciones al altísimo; y no es que este recurso sea nuevo (Madonna sigue muy presente con su 'Like a Prayer'), pero entre ciertos círculos culturales renace ahora la idea de que en la música actual revive una tendencia puritana o conservadora, demasiado centrada en la religión.
Al respecto, Niño de Elche responde: "Me parece absurdo. Imagino que quien dice eso no tiene en cuenta los últimos siglos de música porque en toda la historia de la humanidad existe una relación entre la religión, la música y las experiencias rituales. Esto no va de tendencias. Hay que seguir batallando con la idea de que la música va mucho más allá del pop", comenta a 'Euronews'.
Libertad artística absoluta
Precisamente esto es 'cru+es', un ejemplo de libertad artística absoluta que surge como resultado natural de la colisión entre dos almas creativas imparables, revolucionarias. Niño de Elche colaboró en el disco de la cantaora Rocío Márquez, 'El niño', en parte producido por Refree, y allí se conocieron ambos.
De ese encuentro surgió el proyecto 'Ecstasis', pensado para el directo y que "ya estaba basado en la idea de lo espiritual, lo religioso, lo sacro, pero mucho más abierto a nivel de improvisación", explica Raül Refree a 'Euronews'. Luego se llevaron esa experiencia al estudio y vieron surgir un repertorio distinto. "Así que es cierto que si no hubiera existido 'Ecstasis' posiblemente no habría existido este disco 'cru+es' ", incide Refree.
Ambos reconocen en este proyecto "una diferencia con respecto a todos los trabajos que hemos hecho" y que les acerca a varios niveles. "Cuando tocamos juntos no tenemos miedo del salto al abismo, que es lo que hacemos con esta experimentación, sino que confiamos en que el otro estará ahí para recogernos. Nos ayudamos y empujamos a ir más lejos", explica Refree, a lo que Niño de Elche añade, "la relación se hace más profunda, tanto en lo personal como de amistad".
Una propuesta poco mediática
Una escenografía minimalista, obra de Marta Pazos, y el juego efectista de luces sirven de canal entre los artistas y el público. Hibridación sonora de base entre la que nace la voz cruda de Francisco Contreras (Niño de Elche), que no pierde su 'estela jonda', por mucho que él trascienda los límites del flamenco más clásico.
Versos con referencias literarias al poeta húngaro Péter Nádas o al monje y escritor Thomas Merton, entre proclamas al amor, el dolor o la muerte. Es decir, los sentimientos humanos más elementales y poderosos.
Este tipo de combinaciones son las que llevan a algunos críticos a situar el arte de ambos con el apelativo de alta cultura, aunque esta definición sea lo último en lo que piensen ambos creadores. "Lo que nos gusta al presentar un disco es que haya gente que se emocione, pero no de una forma intelectual, sino de una forma en la que la música traspase a ese individuo e incluso le pueda significar algo en el futuro", aclara Refree.
"Lo que hacemos Paco y yo es una búsqueda personal que no está atada a lo que quiere el mercado, el público. Es una lucha con nosotros mismos, nuestras ganas de buscar nuevos lugares", incide Refree. El rendirse a lo experimental requiere inevitablemente de la búsqueda de nuevos públicos.
Según comentan, tenían claro que debían mirar a otras partes de Europa para llevar esta música al directo, "no es porque creamos que en España no se entienda lo que hacemos, sino porque somos muy conscientes de que para sentirnos libres en la experimentación nunca hay un gran público en un territorio concreto, así que es más interesante expandir las posibilidades", explica Refree.
El debate de la identidad española
El festival Europalia, un ambicioso programa cultural que se celebra cada dos años en Bélgica, tiene a España como país invitado en esta edición y la experiencia litúrgica que es 'cru+es' forma parte de la programación.
Esto lleva a la pregunta de si incluir esta expresión artística supone exportar una visión determinada de la música contemporánea española fuera de las fronteras, a lo que Niño de Elche responde con audacia.
Quizá el motivo de exportar la propuesta no importe tanto, pero no deja de tener su gracia el hecho de que el público belga, quizá incluso por casualidad, descubra esta liturgia experimental sin saber que asiste al juego de dos de los creadores más influyentes de la música en España en los últimos años. El eco de la electrónica de Refree junto a la voz honda de Niño de Elche resonando en los muros de piedra de Gante logra un carácter de revolución sutil.