El peligro de las municiones obsoletas en los fondos marinos europeos

En colaboración con The European Commission
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Por Denis Loctier
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Una bomba de relojería hace tic-tac en los fondos de muchos mares europeos: innumerables piezas de munición oxidada se han perdido o se han arrojado intencionadamente al agua en el transcurso del siglo XX.

Una bomba de relojería hace tic-tac en los fondos de muchos mares europeos: innumerables piezas de munición oxidada se han perdido o se han arrojado intencionadamente al agua en el transcurso del siglo XX.

La ubicación de estos mortíferos vertederos suele estar mal documentada. Se calcula que solamente las zonas alemanas del Mar del Norte y del mar Báltico contienen alrededor de 1,6 millones de toneladas métricas de municiones antiguas.

Estas armas convencionales y químicas amenazan las vidas humanas y el entorno marino, poniendo en peligro la pesca y la navegación, e impidiendo el desarrollo de la energía en alta mar, la acuicultura, el turismo y otros sectores de la 'economía azul'.

La Unión Europea apoya proyectos de investigación destinados a encontrar y eliminar este tipo de municiones. Los investigadores utilizan un dron submarino para estudiar el vertedero marino de Kolberger Heide, en el mar Báltico, cerca de la ciudad de Kiel.

Solamente en esta zona se pueden ver unas 30 000 toneladas de minas marinas oxidadas, bombas aéreas, ojivas de torpedo y otras municiones, amontonadas o esparcidas por el fondo marino.

Algunos trozos desperdigados son piezas expuestas de TNT y otros explosivos. Se descomponen lentamente, liberando sustancias nocivas en el mar, incluidas sustancias químicas citotóxicas, genotóxicas y cancerígenas.

Algunos países solían arrojar, habitualmente, municiones obsoletas o inservibles, tanto convencionales como químicas, en el mar hasta 1975, cuando se prohibió por medio del Convenio de Londres.

Hoy en día, con el creciente tráfico marítimo y la aceleración del desarrollo de oleoductos y gasoductos en alta mar, de parques eólicos y de la acuicultura, es urgente comprender la magnitud del problema para tratar de encontrar formas de solucionarlo.

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